Catolicismo

Denominaciones Estadounidenses

Nombre: Iglesia Católica

Papa Actual: Francis (Jorge Mario Bergoglio, 7 de abril de 2013)

Número de miembros en Estados Unidos: 74,517,041

Sede mundial: Ciudad del Vaticano

Historia
Los historiadores seculares sitúan el inicio de la iglesia católica como institución (con centralización y autoridad papal) entre el siglo quinto y sexto. La autoridad del Papa se estableció con mayor fuerza en el siglo XIII con Inocencio III, quien se adjudicó el título “Vicario de Cristo”.

Doctrina
Dios: Los católicos afirman la naturaleza trinitaria de Dios. Dios es uno, pero se ha revelado en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Catecismo de la Iglesia Católica [CIC], pár. 253). Los católicos no consideran a María como parte de la Trinidad. Enseñan que Dios es bueno, amoroso y fiel. Dios es omnipotente y omnisciente. Es el Creador de todas las cosas. Trasciende y sostiene al universo.

Respuesta: Los protestantes y los católicos tienen las mismas creencias acerca de la naturaleza de Dios.

Jesús: Los católicos afirman que Jesús es la segunda Persona de la santísima Trinidad, y que es totalmente dios y totalmente hombre (CIC, no. 436).

Los católicos creen que Jesús nació de una virgen, vivió una vida sin pecado, murió en una cruz romana, fue sepultado y resucitó. Regresó al cielo y está sentado a la derecha del Padre.

Respuesta: Protestantes y católicos tienen las mismas creencias acerca de la naturaleza, muerte, sepultura y resurrección de Jesús.

Autoridad: Los católicos aceptan tres fuentes de autoridad: la Biblia, la Tradición y el ministerio de enseñanza (Magisterio) de la Iglesia.

Biblia: Los católicos confirman los 66 libros de la Biblia protestante, más varios libros apócrifos que la mayoría de los protestantes consideran falsos. A los católicos se les anima a leer la Biblia. La  iglesia católica “recomienda insistentemente a todos los fieles…la lectura asidua de la Escritura para que adquieran ‘la ciencia suprema de Jesucristo’ (Flp 3,8), ‘pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo'” (CIC, no. 133).

Tradición: La tradición se refiere a las enseñanzas de los apóstoles que los católicos creen haber preservado en la Iglesia aparte de la Biblia. “Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo, es llamada la Tradición en cuanto distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella” (CIC, no. 78). Los católicos consideran que la tradición es una fuente con el mismo nivel de autoridad que la Biblia. (CIC, no. 82).

Ministerio de Enseñanza (Magisterio) de la Iglesia: Los católicos creen que a sus obispos (en comunión con el Papa) se les ha encomendado la tarea de interpretar auténticamente la Biblia y la Tradición. Esta tarea “ha sido encomendada sólo al Magisterio vivo de la Iglesia” (CIC, no. 85). Según el Catecismo de la Iglesia Católica, “los fieles… reciben con docilidad las enseñanzas y directrices que sus pastores les dan de diferentes formas” (CIC, no. 87). El magisterio de la Iglesia también se considera igual en autoridad a la Biblia y la Tradición. Según el catolicismo, la Biblia, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia “están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros” (CIC, no. 95).

Respuesta: Los católicos tienen razón en animar a la gente a leer la Biblia (2 Tim. 3:15-17). Sin embargo, los libros apócrifos deben ser rechazados. Estas adiciones no son inspiradas, sino falsas. Los judíos de Palestina nunca aceptaron que fueran inspiradas. Además, Jesús nunca citó los libros apócrifos. Estos libros defienden la deshonestidad y el engaño (Tobías 5:4-13; Judit 9:10,13) y enseñan que la salvación depende de obras de virtud (Tobías 4:10-11; 12:9; Eclesiástico 3:30). La Biblia enseña que el Espíritu Santo capacita a la gente para entender la palabra de Dios (Sal. 119:99-105, 130; Lucas 24:44-45; Juan 16:13; 17:17; Ef. 6:17; Heb. 4:12). Toda enseñanza religiosa debe evaluarse comparándola con la Biblia. Los habitantes de Berea utilizaron las Escrituras para verificar las enseñanzas del apóstol Pablo (Hch. 17:11). Moisés advirtió del peligro de agregar cosas a las Escrituras, o sustraerlas (Dt. 4:2; ver también Ap. 22:18-19). Jesús hizo una advertencia acerca de la posibilidad de que la tradición pervirtiera la intención de la Palabra de Dios (Mt. 15:2-3,6; Mc. 7:8-9,13). Pablo informó a los Colosenses acerca del peligro de ser desviados por seguir “la tradición de los hombres” (Col. 2:8). Pedro recordó a sus lectores que habían sido redimidos de “vana conversación recibida por tradición” (1 P. 1:18). Ni la Tradición ni las autoridades de la enseñanza (Magisterio) de la iglesia católica tienen autoridad igual a las Escrituras. La Biblia es la única autoridad para cuestiones de fe y práctica.

María: Los católicos creen que María “fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida” (CIC, no. 508). Los católicos enseñan que María permaneció virgen toda su vida, y que finalmente “fue llevada [en cuerpo y alma] a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo” (CIC, no. 966). Los católicos se refieren a María como “la Santísima Madre de Dios” (CIC, no. 975). La consideran  co-mediadora  de la gracia de Dios y colaboradora de la salvación lograda por su Hijo Jesús (CIC, no. 510,973). Según el Papa Pablo VI, “La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano” (CIC, no. 971).

Respuesta: Debemos honrar a María como mujer piadosa fiel a Dios. Las Escrituras enseñan la concepción y el nacimiento de Jesús (Mt. 1:20-25). A diferencia del dogma católico, la Biblia no enseña que María haya permanecido virgen toda su vida (Sal. 69:8; Mt. 12:46; 28:10; Mc. 3:31; Lc. 8:19; Juan 7:3). La Biblia tampoco indica que María haya sido concebida sin pecado original o que haya ascendido al cielo (Lc. 1:47). La Biblia no se refiere a María como Santa Madre de Dios. El ofrecimiento de adoración y oraciones a María (y a otros santos) es extraño a las Escrituras, y erróneo (Dn. 3:16-18; Ap. 19:10; 2:8-9).

Pecado: El CIC define el pecado como “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna” (CIC, no. 1871). Los católicos distinguen entre dos tipos de pecados: los mortales y los veniales (CIC, no. 1854). El pecado mortal destruye la gracia santificante de Dios dentro del individuo y hace necesario el perdón mediante el sacramento de reconciliación (CIC, no. 1856). Ocasiona la exclusión del cielo y da por resultado “la muerte eterna del infierno” (CIC, no. 1861). Los católicos clasifican un pecado como mortal cuando cumple las siguientes condiciones: el pecado es serio o “grave” (asesinato, adulterio, robo, falso testimonio, etc.), se comete con “pleno conocimiento y deliberado consentimiento” (CIC, no. 1857-59). El pecado venial es el que no es serio ni grave, ni implica pleno conocimiento o deliberado consentimiento (CIC, no. 1862). A diferencia del pecado mortal, el pecado venial no destruye la gracia salvadora de Dios en el individuo. “El pecado venial no priva [al pecador] de la gracia santificante, la amistad con Dios, la caridad, ni, por tanto, de la bienaventuranza eterna” (CIC, no. 1863).

Respuesta: La Biblia no enseña el concepto dual del pecado (mortal y venial). Lejos de la gracia salvadora de Dios, incluso el pecado menos grave puede enviar a la persona al infierno (Rm. 3:23; 6:23; St. 2:10). Las Escrituras también indican que incluso el pecado más grave es incapaz de destruir la gracia salvadora de Dios en el creyente. Por esta razón, el verdadero creyente nunca pierde la salvación (Jn. 10:27-29).

Sacramentos: Hay siete sacramentos en la iglesia católica: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. “Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo” (CIC, no. 774). Los católicos creen que los sacramentos realmente “confieren la gracia que significan” (CIC, no. 1127) y que su sacerdocio “garantiza que, en los sacramentos, sea Cristo quien actúa” (CIC, no. 1120). Para los creyentes, los sacramentos de la iglesia católica “son necesarios para la salvación” (CIC, no. 1129).

Bautismo: “Los fieles renacen por el Bautismo” (CIC, no. 1212). “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión” (CIC, no. 1213). Los católicos bautizan a sus hijos muy poco tiempo después de su nacimiento. “La Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento” (CIC, no. 1250). Los católicos afirman que “el Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento” (CIC, no. 1257). “Por el Bautismo, todos los pecados son perdonados, el pecado original y todos los pecados personales así como todas las penas del pecado” (CIC, no. 1263).

Confirmación: “La Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal [al] aumenta[r] en nosotros los dones del Espíritu Santo” (CIC, no. 1303). Generalmente es llevada a cabo por el obispo cuando un niño llega a “la edad del uso de razón” (CIC, no. 1307).

Eucaristía (Misa): “La Eucaristía [Comunión] es ‘fuente y cima de toda la vida cristiana'” (CIC, no. 1324). Los católicos aseguran que durante la Eucaristía tiene lugar el milagro de la transubstanciación. Ellos creen que en este sacramento ocurre un ” cambio de toda la sustancia del pan en la sustancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre” (CIC, no. 1376). Al recibir la Eucaristía, los católicos creen estar recibiendo a Cristo.

Penitencia (Confesión): Es el sacramento de la reconciliación. Mediante este sacramento, el pecador confiesa todos los pecados mortales a un sacerdote, quien impone actos de penitencia y ofrece el perdón. “En efecto, los obispos y los presbíteros, en virtud del sacramento del Orden, tienen el poder de perdonar todos los pecados” (CIC, no. 1461). Según los católicos, este sacramento lo reconcilia a uno con Dios (CIC, no. 1468) y le otorga “el perdón de los pecados cometidos después del Bautismo” (CIC, no. 1486).

Unción de los Enfermos (Antes Extrema Unción): Sólo los sacerdotes y obispos pueden aplicar este sacramento, usando aceite bendecido por el obispo (CIC, no. 1530). Este sacramento puede darse cuando un católico está en peligro de muerte debido a una enfermedad o edad avanzada (CIC, no. 1527).

Orden Sacerdotal: Los católicos creen que este sacramento confiere poder sagrado para servir a los fieles (CIC, no. 1592). Hay tres grados de Orden Sacerdotal: el más alto es el de obispo, luego el de sacerdote (presbítero) y finalmente el de diácono. “Sin el obispo, los presbíteros y los diáconos no se puede hablar de Iglesia” (CIC, no. 1593). Las mujeres no pueden recibir este sacramento (CIC, no. 1577). El Papa es el obispo de Roma. Los católicos creen que él tiene “en la Iglesia…la potestad plena, suprema y universal” (CIC, no. 882).

Matrimonio: Los católicos creen que el sacramento del matrimonio “da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia” (CIC, no. 1661). No se permite el casamiento de un católico divorciado mientras la esposa legal esté viva (CIC, no. 1665).

Respuesta: La Biblia no enseña una teología sacramental. Lo que cuenta para Dios es el amor genuino, no el ritual (Gál. 5:6). Dios no usa sacramentos para llevar la gracia a la humanidad. Por eso Pablo puede escribir que el bautismo no es parte del evangelio (1 Cor. 1:17). Sólo hay un mediador entre Dios y la humanidad, y ese mediador es el Señor Jesucristo (1 Tim. 2:5; Heb. 9:15). Como es fácil acercarse a Jesús, no hay necesidad de ningún mediador entre la humanidad y Jesús (Mt. 11:28-30).

Lineamientos para Testificar a los Católicos:
” Recuérdeles que la salvación no depende de ser miembro de una iglesia, sino que viene a través de la fe en Jesucristo (Ef. 2:8-9).
” Ore y confíe en el Espíritu Santo para usar el mensaje del evangelio de manera que llegue al corazón y la mente de quienes están perdidos.
” Comparta cómo ha sido para usted creer en Jesucristo como Señor y Salvador. Su testimonio de lo que Jesús ha logrado en su vida puede tener un gran impacto. No alargue demasiado su testimonio. Evite el uso de términos desconocidos para los católicos, tales como: “caminé por el pasillo”, “fui salvado” y “renacido”.
” Comparta la seguridad que le da la gracia de Dios en la salvación. Asegúrese de comunicar que su seguridad proviene de confiar en Jesús y no de sus buenas obras o habilidad de permanecer fiel (1 Jn. 5:13).
” Déles un Nuevo Testamento. A los católicos se les anima hoy a leer la Biblia. Señale textos que expliquen la salvación. (Rm. 3:23, 5:8, 6:23, 10:9,13; Jn. 3:16; Ef. 2:8-9).
” Evite enredarse en temas secundarios que se desvíen de la salvación.
” Manténgase siempre centrado en Cristo al presentar el evangelio.

Las citas fueron tomadas del Catecismo de la Iglesia Católica. Libreria Editrice Vaticana, 2003.

Bill Gordon, Socio, Equipo de Evangelismo Apologética.


Published October 31, 2017