Comparta las Buenas Nuevas con los amigos católicos

DANIEL R. SANCHEZ, Ph.D.
RUDY GONZALEZ, Ph.D.

Uno de los desafíos más grandes que enfrentamos hoy es cómo presentar el mensaje de salvación con nuestros familiares y amigos Católicos Romanos. Tal vez la razón principal por la cual este es un desafío es que en el pasado muchas personas han utilizado métodos muy agresivos y críticos al tratar de compartir el mensaje de salvación. Como resultado de esto, muchos católicos se han sentido ofendidos y han respondido en una forma defensiva y han tratado de evitar contacto con personas evangélicas. Lo cierto es que en muchos casos no han rechazado el evangelio sino han resistido los métodos utilizados por personas que tienen buena intención pero que no están bien informados acerca de la mejor Manero de presentar al mensaje de salvación. En nuestro libro Comparta las buenas nuevas con los amigos católicos, los autores, los Doctores Daniel R. Sánchez y Rodolfo González, comparten información y consejos para las personas que desean guiar a sus familiares y amigos a tener una experiencia de salvación con Cristo.

Este artículo forma una parte de su libro el cual se puede conseguir a través del correo electrónico y número de teléfono del Dr. Daniel R. Sánchez, [email protected]; (817) 932 1921, Extensión 6750.

    
Escrito por
Daniel R. Sánchez
Profesor de Misiones
Southwestern Baptist Theological Seminary
Presidente, Church Starting Network
y
Rodolfo González, Ph. D.
Profesor de Nuevo Testamento y Vice Presidente
Southwestern Baptist Theological Seminary
     
©1992, Daniel R. Sanchez, Fort Worth, Texas. Hemos dado permiso a la unidad de Evangelismo de la Junta de Misiones Norteamericanas para utilizar este material. Siéntase libre para duplicar este material y utilizarlo en sesiones de entrenamiento al capacitar a las personas para compartir el evangelio con sus amigos y familiares católicos. Para utilizar este material completo o una parte, en alguna publicación privada o por una institución se necesita obtener permiso por escrito del autor Daniel R. Sánchez. 

Permission to utilize this copyrighted seminar was given to the Apologetics and Interfaith Evangelism Team of the North American Mission Board in December of 2005.  People may feel free to duplicate it for the purpose of utilizing it in the training of those who want to be more effective in sharing their faith with Roman Catholic friends and relatives. Permission to use any part of this material as a part of a publication by an individual or an institution will need to be obtained by Dr. Daniel R. Sanchez, Professor of Missions, Southwestern Baptist Theological Seminary, P.O. Box 22000, Ft. Worth, Texas, 76122-0248 or by e-mail directed to [email protected]

Para obtener más información relacionada  con el entrenamiento de personas para evangelizar eficazmente se pueden obtener los libros siguientes:

1) Daniel R. Sanchez, Rudolf Gonzalez, Sharing The Good News With Roman Catholic Friends, 2004, Church Starting Network.

2) Daniel R. Sanchez, Gospel In The Rosary, 2004, Church Starting Network.

ESTUDIO BÍLICO

 

Jesús y La Mujer Samaritana

 

Introducción

El mensaje esencial del evangelio es la proclamación al mundo que Dios ama a la humanidad caída suficientemente como para dar a Su Hijo como rescate por su pecados (Juan 3:16-17; 1 Timoteo 5:5-6; Hebreos 9:28; 1 Juan 2:2). El amor genuino de Dios no se puede demostrar más claramente que al ofrecer un medio por el cual la persona en rebelión pecaminosa (Job 13:23; Isaías 53:6) sea restaurada a una relación apropiada con Dios y llegue a ser familia de Dios (Juan 1:12; Gálatas 3:26). El evangelio está permeado con la demostración unilateral e inmerecimiento del afecto de Dios que lo ofrece de manera absolutamente completa (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:19).

El amor de Dios como lo presenta el evangelio; provee la motivación adecuada para los que proclamen este mensaje que cambia la vida. No es  suficiente con simplemente ser capaz de articular los “pasos de la salvación” con gran precisión. Como el Maestro, el mensaje del amor de Dios tiene que entregarse por un mensajero lleno de amor (2 Corintios 6:11-13). Como a menudo sucede, en los asuntos de la salvación el mensajero usualmente es lo primero que nuestro amigo católico-romano enfrenta, antes que su oído esté a tono con el evangelio mismo (Romanos 10:14-15; 1 Corintios 1:22-25). Por esta razón nos urge preguntar ¿cómo es que el cristiano evangélico demuestra el amor al compartir el evangelio?

En el estudio que sigue preparamos a los que participan en el seminario para compartir su fe al enfocarse en las oportunidades, desafíos y actitudes que preparan el terreno en las vidas de las personas para tener una cosecha abundante. El encuentro de Jesús con la mujer samaritana nos ofrece una valiosa lección para poner nuestra compasión en acción. El ejemplo de Cristo nos desafiará para salir de las zonas confortables en muchas maneras a favor de alcanzar a los perdidos.

Jesús como el modelo metodológico

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana (Juan 4:1-42) es una instrucción rica para los cristianos evangélicos que toman el testificar seriamente. Esta historia ayuda a tener en cuenta asuntos claves cuando trabajamos con los que no ha experimentado el nuevo nacimiento que tienen preguntas pertinentes a su relación con Dios. Las posibilidades inherentes en esta historia por naturaleza son muchas. A manera de inferencia, esta historia hace resaltar las implicaciones personales que siguen del alcance de Jesús más allá de las convenciones de Su contexto geográfico y social. Aunque estuvo dispuesto a ir más allá de los límites tradicionales, fue capaz de ver con discernimiento profundo a la persona necesitada para identificar el anhelo universal que todos tenemos en común. Al hacerlo así, Jesús sabía cómo tratar con la vida del perdido. Finalmente, en una progresión de cuatro partes Jesús pudo empezar con una persona donde se encontraba e inexorablemente avanzar al encuentro con Él como su Salvador. El encuentro de Jesús con la samaritana desafiará a todos los que desean trabajar con personas muy diferentes a si mismos. Él nos mostrará cómo trabajar con la gente respetuosa pero decisivamente. Note los siguientes aspectos.

 

 

Jesús cultivó la amistad (Juan 4:1-6)

Al salir de Su medio geográfico

Juan 4:4 dice que Jesús “tenía que pasar por Samaria.” Los evangelios muestran evidencia de por lo menos cuatro viajes Jesús hizo entre Galilea y Jerusalén durante Su ministerio. Es probable que viajara entre Judea y Galilea con regularidad. Para ir de una región a la otra, sin embargo, en el camino estaba Samaria, una región vista con mucho desdén y acrimonia cultivada por más de tres siglos. En una irónica ocurrencia del destino, viajar por Samaria ofrecía la distancia más corta que unía a los judíos de las regiones del norte con las del sur.  No obstante, viajar por Samaria demandaba un gran costo social que los judíos regularmente rehusaban pagar. Muchos judíos simplemente evadían cualquier contacto con los samaritanos y viajaban en ida y vuelta por Perea en el lado oriental del Jordán. Los evangelios muestran que Jesús también, en ocasiones, usó esta ruta menos controversial (Mateo 19:1; Marcos 10:1).

Por esto, ¿cómo vamos a entender la decisión de Jesús de pasar por Samaria? ¿Nació de la conveniencia, de tener que ahorrarse un día para llegar a Galilea más pronto? Aunque algunos eruditos arguyen que el viaje por Samaria era necesario para acortar el tiempo del viaje y quizá evitar confrontaciones con los fariseos (Juan 4:1-3), el uso de “tenía que” (de dei’, dei) en el texto indica el uso programático y teológico en Juan. Los eruditos han mostrado que el término se usa a menudo para sugerir una “necesidad divina.” Como es evidente en otras partes en Juan (p. ej., 3:14, 30; 9:4) Jesús estuvo motivado a viajar por Samaria primordialmente por el sentido de la voluntad de Su Padre. No había el deseo de evadir a Samaria, ni luchó con la racionalización de la necesidad de viajar por diferente ruta. Dios quería que Él viajara por Samaria y por eso lo hace. Es así de sencillo.

Aplicación: El viaje de Jesús por Samaria desafía nuestra presunción la determinar de antemano que conocemos completamente la voluntad de Dios (Santiago 4:13-17). Como Dios es soberano, Él puede requerir que vayamos  “la segunda milla” para demostrar nuestra disposición de cambiar por amor por los perdidos. A menudo, esto pasa al ir más allá de nuestra comodidad y de los patrones bien usados en el ministerio. Apertura a la autoridad de Dios para que dirija nuestro camino aún a situaciones nada confortables (p. ej., el viaje de Pablo a Jerusalén, Hechos 21:7-14) puede ser una preparación necesaria para ser usados por Dios para llevar a la gente diferente a nosotros a la fe en Cristo.

Al ir fuera de Su comodidad social

El costo social por tratar con los samaritanos no era insignificante. Hay necesidad de entender varios aspectos. Como muchos eruditos notan, la hostilidad entre judíos y samaritanos databa del reasentamiento asirio del norte de Israel (2 Reyes 17:14-23). El traer pueblos gentiles produjo una raza mezclada de habitantes que los judíos escrupulosos simplemente no podían aceptar. La historia ínter testamentaria también revela que los samaritanos afirmaban legitimidad religiosa para sí que iba hasta Moisés y el Pentateuco (Deuteronomio 11:29; 27:12; Josué 8:23). Ambos pueblos reclamaban a Moisés como el fundamento de su identidad religiosa por eso es fácil ver cómo los judíos y los samaritanos se veían con malos ojos (Nehemías 4; Esdras 4).

Josefo, el historiador judío, recuenta la construcción del templo en el Monte Gerizim por Sambalat durante el tiempo de los persas.  Claramente, para los judíos piadosos que creían que el templo en Jerusalén era el único santuario de Jehová, los samaritanos únicamente podían parecerles como herejes apóstatas. Aunque Juan Hircano, el monarca hasmoneo destruyó el templo en el 128 A.C., los samaritanos aún adoraban en el sitio y mantenían que su fe era superior. La inquebrantable postura teológica de los judíos en Palestina durante este tiempo no concedía espacio para la interacción con los samaritanos. Muchos samaritanos por su parte también sostuvieron posiciones muy firmes con que tan sólo se mencionara Jerusalén (Lucas 9:51-56).

Finalmente, también es posible que la mujer samaritana indirectamente aludiera al temor de algunos judíos de contaminación ritual por cualquier clase de interacción con los samaritanos. Un comentarista capta el asunto de fondo de la mujer “Había un poco de sarcasmo en lo que replicó la mujer, como si hubiera querido decir, ‘¡Nosotros los samaritanos somos como el polvo debajo de sus pies hasta cuando ustedes desean algo, entonces somos suficientemente buenos!’  No es maravilla que la samaritana se sorprendiera que Jesús le hablara (v. 9). El asunto no era que un hombre le pidiera a una mujer algo de beber durante el fuerte calor del medio día (Génesis 24:17; vea Job 22:7), sino que un judío alguna vez se rebajara para pedirle cualquier cosa a un samaritano.

Aplicación: Cuando Jesús inició su interacción con la mujer samaritana lo hizo contra la corriente del bien incrustado odio y sospechas entre los judíos y samaritanos. Sin embargo, la historia nos enseña que todas las cosas edificadas con manos humanas eventualmente se destruyen y caen. Los prejuicios humanos también caen. Alcanzar a la gente de fe y tradición diferente como los católico-romanos nos expondrán a circunstancias similares. A nadie le gusta que se le cuestionen su fe por las creencias de alguien más, especialmente cuando se percibe un aire de superioridad merecido o de cualquier otra manera. Recuerde que el alcance es para traer a la gente a la relación salvadora con Cristo. No es nuestro lugar ganar el argumento a expensas de perder a la persona. Como pronto notaremos, el mensaje de Jesús trasciende los argumentos entre las facciones de Jerusalén y Gerizim. Tenga en cuenta que aunque la iglesia católica pueda ver la conversación como tratando con la legitimidad de la fe católica como opuesta a la fe “protestante,” realmente no se trata de ninguno de esos asuntos. Como Jesús, tenemos que estar dispuestos a salir de nuestra comodidad social a fin de testificarles a los amigos católico-romanos.

 

Jesús creó interés: (Juan 4:7-14)

Al reconocer el valor de una necesidad sentida

A la hora del medio día, y con el sol cerca de su cenit, el calor del día estaba en toda su fuerza. Al llegar al pozo de Jacob, la bebida de agua fresca ofrecía un muy necesario refrigerio. El agua, desde luego, es una de las necesidades absolutas de la vida y se establece entre las necesidades más básicas en la jerarquía de las necesidades humanas de Maslow. Alguien ha dicho que el cuerpo humano se compone aproximadamente de un 70 por ciento de agua. Como el aire y la comida, la vida no se puede sostener sin el agua.

Jesús reconoció la necesidad que todos tenemos cuando tenemos sed, pues pone de lado todos los demás intereses hasta cuando se satisface. Al hacerlo, usa este punto de contacto común para revelar la necesidad que todos tenemos de Su mensaje dador de la vida.

Aplicación: A menudo la habilidad para discernir una necesidad sentida solo la podemos experimentar cuando tratamos de “caminar en los zapatos de la otra persona.” Esto involucra aprender tanto como podamos de las experiencias de la vida de esa persona y de su mundo cultural, y tomar tiempo para conocerla personalmente y entender su situación. Aunque “entender” a las personas que son bastante semejantes a nosotros socialmente es suficientemente desafiante, ahora trabajar con personas con quienes tenemos poco o ningún punto aparente en común nos probará hasta el límite. Una cosa relativamente simple, tal como la oferta de algo para comer que no es parte de nuestra dieta regular, si no se trata bien, causará una ruptura completa en las posibilidades de resultados fructíferos. Encaremos esto, muchos cristianos evangélicos no están dispuestos a abrazar su propia “Samaria,” aun cuando, ostensiblemente, se comprometen a ir a donde Cristo los guíe. “Los samaritanos” tienen el derecho que Dios les ha dado de existir como samaritanos y no es nuestro trabajo ajustar su cultura para que se acomode a nuestra sensibilidad. Muchos evangélicos cristianos bien intencionados jamás entenderán el problema de la persona perdida simplemente por que rehúsan sacrificar alguna comodidad personal.

Al relacionarse con la necesidad espiritual

Las necesidades sentidas son un gran vehículo para relacionarlas con el mensaje evangélico. El evangelio de Juan usa varias metáforas relacionadas directamente con las necesidades humanas básicas (p.ej., Jesús como el pan de vida [Juan 6:35], el agua de vida [Juan 7:37], la luz [Juan 8:12], etc.). En este caso, Jesús no permite que la actitud cínica de la mujer le impida hacer la conexión espiritual. Su referencia al “agua viva,” literalmente puede significar una fuente de agua como opuesta a los estanques, cisternas o aljibes (Génesis 26:19; Levítico 14:5). Sin embargo, también existe un uso simbólico que sugiere la habilidad de Dios para calmar la sed del alma (Isaías 41:17; 44:3; 55:1). Aunque la mención de Jesús del agua que ofrecía se predicaba como un “regalo de Dios,” la mujer sólo escuchó lo que era capaz de entender en su estado espiritual (vv. 11-12). Aunque Jesús insistía en las dimensiones espirituales de su oferta, ella perecía haber malentendido el regalo del agua como algo mágico, que la libraría de la necesidad futura de agua (v. 14). Claramente, la mujer no entendió la enseñanza de Jesús, pero lo que es importante notar es que por la conversación que interviene la mujer se quedó y pasó de ser una cínica proveedora de agua estancada a mostrar un deseo genuino de tomar del “agua viva” que Jesús le ofrecía (v. 15).

Aplicación: Se debe entender que las “necesidades sentidas” son verdaderos asuntos en la vivencia y calidad de la vida. Quizá, por lo que son tan básicas, a menudo es difícil ver más allá como puentes analógicos que ilustren una mayor necesidad espiritual. Al alcanzar a nuestros amigos católicos, las analogías a las necesidades fundamentales en la vida pueden ser medios útiles para presentarles la gracia salvadora de Dios. La gente, a menudo, hacen una rápida conexión espiritual, pero siempre hay personas que, inicialmente no entienden. El compromiso de compartir el evangelio no debe tener tiempo límite y debe de usar todas las posibilidades para hacer el evangelio claro y entendible. Recibir el evangelio es un ejercicio espiritual y los que no han experimentado el regalo de Dios están espiritualmente muertos y sufren de un entendimiento entenebrecido (2 Corintios 4:4-6; Efesios 2:1; 4:17-18; 1 Pedro 4:6). Entre tanto que haya genuino interés, el testigo evangélico cristiano no debe cansarse, no importa lo lento de algún progreso, o de malos entendidos, lo cual regularmente es el caso. Como Jesús le habló a la mujer samaritana del agua de vida eventualmente una nueva posibilidad empezó a amanecer en su vida. Ella saciaría la sed de su alma y experimentaría una vida diferente. Al cultivar nuestra amistad, estamos en mejor posición de crear interés en asuntos espirituales al ayudarles a ver que nuestra necesidad de Jesús es básica y universal. Una manera de hacer esto es compartir nuestro testimonio de que la clase de vida diferente la ha obrado Jesucristo en nosotros.

 

Jesús comprendió su situación (Juan 4:16-18)

Al examinar su condición espiritual de pérdida

La indagación de Jesús en el estado marital de la samaritana se presta a interpretaciones. Mientras que unos eruditos creen que Jesús se defendía de un cargo de lo inapropiado de discutir un asunto íntimo con la mujer sola y en público no parece probable, los evangelios están llenos de ocasiones cuando las acciones de Jesús enfurecieron “las escuadras religiosas de moralidad” de ese día (Mateo 9:11; 11:19; 12:9-14; Marcos 2:16; Lucas 6:7; 15:1-2; Juan 8:1-6; y otros).

Indudablemente, Su razón primaria tuvo que ser la de preparar su corazón para que recibiera el agua viva del evangelio. Pedirle que trajera a su esposo (v. 16) la condujo rápidamente a la condición patológica de su vida. A menudo, la gente intenta segregar lo “espiritual” de lo “secular,” cree que ambas esferas de la vida pueden obrar independientemente una de la otra. Sin embargo, Jesús no vio tal línea de demarcación. Jesús no se extralimitó al considerar su estado civil. El evangelio en su poder presenta la soberanía de Dios a todos los aspectos de la vida.

Es importante notar que Su pedido de que la mujer trajera a su esposo no lo presentó en tono condenatorio. Aunque la mujer era pecadora aun en las esferas más liberales del matrimonio y el divorcio en la cultura, no se presenta una actitud de juicio hacia ella.  Sin embargo, Jesús ejerció el “amor firme” que le ayudó a la mujer a darse cuenta de la necesidad de la salvación al forzar hacia la superficie su deplorable historia marital y reforzar su necesidad de transformación espiritual.

Aplicación: No debe tomarse a la ligera la decisión de examinar los delicados asuntos morales en las vidas de los que deseamos alcanzar para Cristo. Aunque Jesús tenía los datos necesarios para presentarle la seriedad de sus lapsos morales a la mujer samaritana, un entendimiento sin prejuicios no nos está disponible. Aun, hasta el grado que la relación madura y en la medida en que crecen los niveles de comodidad, la gente revelará episodios penosos en su vida que reclaman sanidad. Las fallas morales, tan comunes en nuestra cultura moderna, es tan común entre los católico-romanos como entre la gente en general. En tiempos críticos tales como estos es importante recordar que aunque Jesús no aprobó el estilo de vida de la mujer, tuvo que tener un tono de compasión. Al tratar con los católico-romanos, recuerde que la seguridad de la salvación y la declaración de perdón total del pecado no se enseñan en la iglesia católica. Tratar con asuntos de la conducta pecaminosa a menudo tiende a llevarnos a extremos fáciles pero dañinos de juicios contradictorios o permisibilidad no confrontacional. Dios requiere nada menos que la misericordia y la justicia de Sus siervos.

Al encontrar el fragmento redimible de su vida

La respuesta de la mujer a Jesús, aunque lacónica (breve, seca), era verdadera, “no tengo marido.” Aunque queda implícito que su historia marital era bien conocida en la comunidad (vea vv. 28-29), reconocer la inmensidad de su fracaso marital no es algo que ella podía admitir fácilmente sin herir más su ego. Es importante notar el trato de Jesús. Aunque hubiera podido presentarle su decepción y falta se sinceridad con Él, se concentró en lo positivo de su respuesta.

La instrucción de Pablo a los filipenses nos ayuda aquí. Como creyentes debemos “permanecer” en los aspectos de la vida más honorables y nobles (Filipenses 4:8). El apóstol usó el verbo “permanecer” para expresar básicamente la idea de dar razón o tener en cuenta, etc. Pablo desea que sigamos lo que Jesús hizo en nuestra práctica; al mirar a la mujer samaritana, Jesús acreditó a su cuenta lo poco que se podía salvar del desastre de su vida. Jesús es un experto en este trato. De Él se dice en Mateo 12:20 “No acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia.” Jesús tomó la oportunidad para demandar su honestidad básica: “En esto has dicho la verdad” (v. 18). Entre tanto que el rescoldo arda se puede hacer la obra, su conciencia no estaba irreparablemente dañada y Dios aún podía avivar el fuego del evangelio en su vida (vea Tito 1:15-16).

Aplicación: Es bien conocida y abusada la verdad, que como la moneda, toda historia tiene dos caras. Las experiencias dolorosas de la vida, a menudo son el resultado del abuso externo, pero la conducta personal destructiva también cobra su fuerza. Recuerde que el evangelio empieza con el entendimiento de la naturaleza caída del hombre (Romanos 3:23). El evangelio es “buena noticia” específicamente por que es la manera de Dios de redimir nuestra vida de las garras del pecado y la muerte (Lucas 4:18-19; Juan 10:10; 1 Juan 3:8). Cuando se toma seriamente el evangelio forzará a encarar la raíz que causa destrucción y malestar en la vida. Honesta y transparentemente en la persona se debe provocar el entendimiento y la misericordia en el hijo de Dios. Así, al despertar en la persona el interés en un nuevo estilo de vida, Jesús mantuvo el diálogo en una nota positiva. Ella continuó escuchándolo al sentir que Él estaba dispuesto a ver en ella lo mejor.

 

Jesús se concentró en los aspectos esenciales de la salvación (419-24)

Al evadir discusiones de “religión”

Como se ha notado, los samaritanos tenían un grupo de creencias teológicas distintas, basadas en parte en su entendimiento “alterno” de la Escritura. A diferencia de los judíos, que reconocían la autoridad de la Torah, los libros proféticos y los escritos (Tanak), los samaritanos aceptaron sólo los escritos de Moisés (Pentateuco) como inspirados. Los samaritanos creían que Moisés había identificado el sitio apropiado para la adoración de Yahwe como opuesto al Monte Ebal – Monte Gerizim (Deuteronomio 27:1-28:68). También creían que Abraham había ofrecido a Isaac en el Monte Gerizim en vez de Sión cerca de Jerusalén. Sin embargo, Jesús no tenía la intención de favorecer a ninguno de los dos lugares. Como el capitán de las huestes del Señor que se encontró con Josué cerca de Jericó, Su espada no se podía comprar ni asumirse de ninguna manera (Josué 5:13-15).

Se debe enfatizar  que desde la perspectiva cristiana tanto la religión samaritana como el judaísmo palestinense del primer siglo eran expresiones igualmente ilegítimas de la adoración de Yahwe (v. 21 vea v. 24). Para Jesús, ambas tradiciones habían fallado dar en el blanco. La adoración a Dios no dependía del lugar geográfico, algo que ambas religiones enfatizaban. Esteban el mártir cristiano del primer siglo, pagó con su vida por proclamar que la fe en Cristo libera a los adoradores de las ataduras a localidades terrenales, no importa que tan significativas sean para su fe (vea Hechos 7:48).

Aplicación: Oportunidades para entrar en el debate teológico prolongado crean mucha energía pero en el análisis final va mal encausado. Raramente llevan a una decisión de recibir a Cristo. Tenemos que ser capaces de ejercer discernimiento y saber lo que la persona en verdad necesita y tener la fortaleza de mantenerse enfocado “en las metas del reino.” Existe una razón por la cual los cirujanos no le permiten al paciente ingerir comida por doce horas antes de la operación. Comida no digerida en los intestinos, aunque sea nutritiva en sí misma, puede ser mortal, aun en las operaciones quirúrgicas más sencillas. De igual manera el debate teológico en cuanto a asuntos no esenciales de la tradición religiosa sólo enloda el agua y mantiene a los perdidos sin enfocarse en su necesidad del Salvador.

Los testigos cristianos evangélicos deben tener en cuenta la importancia que el católico-romano le da a hacer peregrinajes a los santuarios religiosos. Por ejemplo, hay santuarios a María en muchos países de mundo. Mientras que unos son bien conocidos y endorsados por la iglesia católica (p. ej., Portugal, Fátima; Francia, Lourdes; México, Guadalupe; etc.), otros sitios pueden no ser más que hogares privados o en campo abierto. Tales peregrinajes usualmente se tienen para cumplir votos y para agregar méritos, sea para sí mismos o para una persona amada. Recuerde que Jesús presentó la adoración real al elevar la conversación más allá de asuntos geográficos. No corra el riesgo de ofender a su amigo católico-romano al atacar sus prácticas piadosas. Permanezca en el mensaje y continúe demostrando la necesidad de la adoración llena de poder del Espíritu Santo y basada en la relación personal con el Padre por medio de Jesucristo. Cuando los creyentes entiendan la suficiencia que Cristo da, verán lo innecesario de muchas prácticas religiosas.

Finalmente, se debe tener en cuenta que a menudo la gente desea considerar asuntos teológicos específicamente para evitar tratar con la obra del Espíritu Santo en sus vidas. La mujer samaritana hubiera podido haber tratado esas tácticas distractoras en Jesús. De nuevo, necesitamos asociarnos con el Espíritu de Dios (Hechos 8:12-17) y no llegar a ser un impedimento u obstáculo a Su obra de salvación. Con esto no se dice que no haya lugar para discutir diferencias religiosas. Sin embargo, estará de acuerdo que discutir puntos de teología es más productivo cuando se habla con una persona que ha sido movida por el Espíritu para que tenga la mente de Cristo (Juan 14:17; 1 Corintios 2:11-13, 15; 1 Pedro 2:1-3). Tener una discusión teológica con alguien muerto en sus delitos y pecados no tiene mucha esperanza (2 Corintios 2:14).

Al enfocarse en la “relación”

Jesús le respondió al asunto religioso de la mujer al elevar la conversación a la necesidad final, sentida o de otra manera: “los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad” (v. 23). La religión de los judíos y de los samaritanos era estrecha y nacionalista (vea Hechos 16). Jesús aclara que el “Espíritu” y la “Verdad” son necesarios para la adoración. No están exclusivamente bajo la guardia de ningún grupo “provincial,” no importa que tan venerable parezca ser. Un comentarista interp


Published October 31, 2017