Por Ben Witherington III
De forma superficial, el título hijo de David puede ser tomado para
referirse meramente a alguno de los muchos descendientes de la línea real
Judía. Si bien es verdad que la frase tiene esa connotación, de hecho,
significa mucho más. La frase, para empezar, no es del todo común en los
principios del Judaísmo, incluyendo los textos mesiánicos, entonces por qué la
frase es tan frecuentemente usada por Jesús en el Evangelio de Mateo, un
Evangelio que particularmente acentúa las raíces y carácter judío de Jesús (vea
mi próximo comentario al respecto, El Evangelio de Mateo, Amyth y Helwys,
2006.) La pregunta apropiada para inquirir acerca de la frase era: Quién, en la
forma de pensar de los judíos, era “el hijo de David”, el más famoso de sus
descendientes. La respuesta a esa pregunta es fácil: era Salomón. Por lo tanto
no es una sorpresa que esta frase, particularmente en Mateo pero también en el
Evangelio de Marcos y en cualquier otro lugar, se refiera a la similitud de
Jesús con Salomón en varios aspectos incluyendo su sabiduría.
Jesús fue sin lugar a dudas visto como un gran erudito judío. Él hablaba en
público usando modos de discurso educados (proverbios, máximas, aforismos,
acertijos, parábolas, alegorías, etc.) Esto por sí solo hubiera sido suficiente
para que algunas personas lo llamaran hijo de David, especialmente cuando se
creía que Él era algún tipo de figura mesiánica nacida en Belem. Pero hay más
que eso. En el Judaísmo Inter-testamentario, se creía que en la sabiduría de
Salomón se incluía la sabiduría de poder curar enfermedades, y aún exorcizar
demonios. Por supuesto en el Antiguo Testamento no se mencionan demonios ni
exorcismos, pero ese no es el caso en la literatura judía Inter-testamentaria,
y en esa literatura escuchamos que Salomón coleccionaba las recetas para curar
y para realizar exorcismos. De hecho, el nombre de Salomón como hijo de David
era usado incluso como parte de rituales de exorcismo para curar a una persona
(al respecto de todo esto, vea Witherington Jesús la Fortaleza Erudita 1995)
(Jesus the Sage, Fortress) Es aquí en donde es importante notar que casi
siempre cuando Jesús es llamado hijo de David, es un contexto en donde alguien
necesita ser sanado o exorcizado. Esto no es un accidente, más bien un
desarrollo natural del pensamiento primitivo judío con respecto a Salomón y a
la curación. Al llamar a Jesús hijo de David se sugería que Él era una figura
real con la sabiduría de Salomón en varios aspectos.
Considere por ejemplo un texto como Marcos 10:46-52, la historia de Bartimeo el
ciego hijo de Timeo. Esta historia está revelada en varios niveles. Por un lado
estamos lidiando con un hombre ciego, y no hay historias en el Antiguo
Testamento de profetas, sacerdotes, o reyes sanando a personas ciegas. Como
dice en Juan 9:32, (NVI) “Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los
ojos a uno que nació ciego.” Por lo tanto era natural asumir que tal milagro
tan estupendo requería de que uno tuviera la sabiduría de Salomón, en
particular la sabiduría y conocimiento de Salomón que cura y sana. Jesús en
esta historia es aclamado como hijo de David a fin de que Él pueda “tener
misericordia” del hombre ciego y por supuesto Jesús la tiene.
**Consideremos un tipo diferente de texto, la genealogía de Mateo 1. La
genealogía comienza: “Tabla genealógica de Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abraham” Este es un comienzo extraño ya que la genealogía comienza en sí en
Mateo 1:2 con Abraham, no con David. De hecho cuando llegamos a David en el
versículo 6 lo que escuchamos es “David engendró a Salomón de la que fue mujer
de Urias” Esto por supuesto sobresale no sólo meramente debido a la referencia
de Salomón (aunque David tuvo muchos hijos también) pero también por la
referencia a la esposa de Urías, Betsabé, lo que muestra que hubo una unión
irregular, de hecho una inmoral la cual produjo un heredero al trono. Por qué
se menciona esto después de todo cuando en el resto de la genealogía el autor
se contenta con mencionar hombres (Abraham engendró a Isaac, etc.) Por la muy
buena razón de que nuestro autor está preparando a la audiencia para lo que
está a punto de decir de Jesús, que Él también, como Salomón, fue el producto
de una muy inusual, irregular, sorpresiva e inesperada concepción, de hecho,
¡una concepción virginal! Desde el comienzo de este Evangelio, nuestro autor
quiere presentar a Jesús como una figura real del linaje de David quien es como
Salomón en muchos aspectos, entre las no menos importantes que él es un
erudito, un sanador, un rey. Pero aún hay más.
En el Antiguo Testamento, textos como Proverbios 3:13-20 y especialmente
todos los de Proverbios 8 encontramos una personificación de la sabiduría de
Dios, en donde se dan atributos humanos a un concepto abstracto; la sabiduría
de Dios. En esta parte la sabiduría, está personificada como una mujer (porque
la palabra hebrea “hokmah” como la palabra griega “Sofía” son sustantivos
femeninos) se dice que ha estado presente y ha ayudado a Dios a crear al
universo. Esta es por supuesto una forma de decir que la creación de Dios
incluye un plan divino que requiere de la sabiduría. Pero hay más, porque en
Proverbios 8 la Sabiduría está llamando al pueblo de Dios a que se vuelvan a
Dios, que vuelvan a las sabias enseñanzas de Dios para vivir una vida buena
temerosa de Dios. Esta personificación de la mente, o sabiduría, o plan de
salvación de Dios se desarrolló posteriormente en la literatura de sabiduría
judía. Por ejemplo, en Salomón escuchamos acerca de cómo La Sabiduría salvó al
pueblo de Dios, o en Eclesiástico escuchamos cómo la sabiduría se volvió
tangible y se encarnó en la Torah, o en 1En. 42 escuchamos acerca de cómo la
Sabiduría descendió del cielo y apremió al pueblo de Dios a que se
arrepintiera, pero ellos rechazaron a la Sabiduría así es que ella volvió al
cielo a estar con Dios. Todo esto debe tenerse en mente cuando miramos
fijamente algunas de las enseñanzas de Jesús, porque de hecho, es especialmente
aparente que en ambos, tanto en los Evangelios de Mateo como en el de Juan que
Jesús es presentado como la sabiduría de Dios que vino a la tierra en carne y
en la forma no de un libro como la Torah, pero como una persona: Jesús. Jesús
es visto como la encarnación de la mente de Dios, y la revelación viviente de
Dios en persona.
Por ejemplo considere a Mateo 11:19-20, (NIV) Tenemos aquí una construcción
paralela, “Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Éste es un
glotón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.’ Pero
la sabiduría queda demostrada por sus hechos.” Es muy claro en este caso que el
que es llamado Sabiduría es el Hijo del Hombre, Jesús está revelando Sus
origines divinos y Su sabiduría divina al directamente llamarse Sabiduría, una
alusión conocida para que los judíos pudieran inmediatamente reconocerle.
Otro buen ejemplo en donde Jesús se presenta así mismo como Sabiduría
encarnada es en Mateo 11:28-30 (NVI) en donde Jesús habla en términos
deliberadamente paradójicos de “cargas liviana” y “yugos suave “. Para nuestros
propósitos, dos cosas son significativas. En el judaísmo el término “yugo” era
usado en la Torah, y cuando uno llegaba a cierta edad uno tomaba en sí mismo el
yugo de los mandamientos, el cual era pesado, ¡incluía más de 600 mandamientos!
Jesús decía que en contraste su yugo era ligero. Pero aún más nos dice el hecho
de que en Sirah La Sabiduría es la que señala a los judíos que tomen su yugo y
aprendan de ella. (vea por ejemplo Sir.24), mientras que aquí Jesús está
aplicando el lenguaje de la Sabiduría a Él mismo. Parece claro que Jesús se ve
a sí mismo desempeñando el papel de Sabiduría; tal y como ésta fue representada
en la antigua literatura.
Así como la Sabiduría es mostrada como una mujer quien protegería y
alimentaría a sus hijos espirituales en Proverbios 8 y en otras partes, así
mismo Jesús se muestra así mismo como una gallina que juntaría a sus polluelos,
en este caso los residentes de Jerusalén, bajo sus alas, pero ellos no vinieron
(vea Lucas 13:34) Pero no es solamente en los Evangelios Sinópticos que Jesús
se muestra y describe así mismo como la Sabiduría de Dios encarnada, esto es
también un tema prominente en el Evangelio de Juan.
No solamente los Cuatro Evangelios comienzan con un himno a la sabiduría en
donde Jesús es identificado con la pre-existente Palabra de Dios, haciendo eco
a Génesis 1, una Palabra que es llamada y personificada como Sabiduría en
Proverbios 3, sino en las grandes declaraciones del Yo soy (Yo soy el camino,
la verdad, y la vida; Yo soy el vino, etc.) Las metáforas de sabiduría
aplicadas a Jesús fueron previamente declaradas como personificaciones de la
Sabiduría en Proverbios 3, Sabiduría 8 y en Eclesiástico. En otras
palabras, Jesús es el cumplimiento de todo lo que fue prometido en esos pasajes
sobre La Sabiduría, porque Jesús es la Sabiduría en persona, la Sabiduría
encarnada. La Sabiduría vino en carne, lo cual es simplemente otra forma de
decir que “aquel que me ha visto, ha visto al Padre”, o “Antes de Abraham, Yo
fui” o “Yo y el Padre uno somos” De esta forma Jesús se presenta así mismo como
la revelación divina del personaje divino y del plan de salvación divino que
vino en persona a la tierra. Tal como el divino y único Hijo engendrado por
Dios en el cual se puede ver la gloria misma de Dios, Su brillante divina
presencia. ( Para ver más información al respecto vea Witherington Jesús la
Fortaleza Erudita 1995) (Jesus the Sage, Fortress)
Published August 22, 2006