Iglesias de Cristo

Por Bill Gordon

Iglesias: E.U.A. (1999): 15,000; Canadá (1997): 140

Miembros: E.U.A. (1999): 1,500,000; Canadá (1997): 8,000 (Fuente: Eileen W. Lindner, ed., Anuario de Iglesias Americanas y Canadienses 2000 [Nashville: Abingdon Press, 2000], pp.. 334, 343)

Organización
Las Iglesias de Cristo se consideran a sí mismas iglesias autónomas en compañerismo voluntario y no como una denominación. Creen que las organizaciones denominacionales son contrarias a las enseñanzas del Nuevo Testamento. No tienen una organización oficial más allá de la iglesia local.

Historia
Las Iglesias de Cristo surgieron del movimiento de los Discípulos de Cristo, que se inició a principios del siglo diecinueve. Thomas Campbell organizó la “Asociación Cristiana de Washington” (Pennsylvania) en 1809. Esperaba volver a unir las Iglesias cristianas, restaurando las prácticas apostólicas de la iglesia primitiva.

Él y su hijo, Alexander, fueron participantes clave en el Movimiento de la Restauración. Procuraron restaurar las creencias y prácticas de las iglesias apostólicas del primer siglo. Alexander Campbell asumió el liderazgo del movimiento después de unirse a su padre. Su interpretación de la Biblia los llevó a aceptar la inmersión de los creyentes como la única forma aceptable de bautismo. En consecuencia, se unieron a los Bautistas.

Alexander Campbell se convirtió en un líder muy influyente entre los Bautistas. Fue editor del Christian Baptist y se hizo famoso por sus debates y como predicador. No obstante, sus enseñanzas concernientes a la necesidad de una nueva reforma en la iglesia causaron animosidad entre sus seguidores y los Bautistas tradicionales. En 1830 él y sus seguidores se separaron y fueron conocidos como Los Discípulos. En 1832 se unieron a muchos de los seguidores de Barton Stone y posteriormente fueron conocidos como los Discípulos de Cristo.

A principios del siglo veinte algunos Discípulos de Cristo opinaron que su movimiento se había desviado de su propósito original. En 1906, un grupo encabezado por David Lipscomb pidió a los encargados del censo federal que no incluyeran a las Iglesias de Cristo con los Discípulos de Cristo. Esto marcó el inicio de las Iglesias de Cristo como un grupo independiente de los Discípulos de Cristo. Mientras que las Iglesias de Cristo tienen congregaciones por todos los Estados Unidos, la mayoría de sus miembros están ubicados en el Sur y el Sudoeste.

Prácticas Religiosas
Las Iglesias de Cristo tienen una forma congregacional para el gobierno de la iglesia. Cada iglesia local es autónoma y se gobierna a sí misma. Los únicos rituales que observan son aquellos que ellos consideran que formaban parte de la iglesia del primer siglo. Las Iglesias de Cristo rechazan la utilización de instrumentos musicales en la adoración.
Salvación

Las Iglesias de Cristo creen que la salvación es un don gratuito de la gracia de Dios proporcionado a través de la obra expiatoria de Jesucristo. Evitan tener teorías sobre la expiación alegando que son especulativas. Los que pertenecen a las Iglesias de Cristo rechazan la teología calvinista. Dan poca importancia a los efectos del pecado original. La función del Espíritu Santo en la conversión es considerada como no esencial o mínima. Ven la fe como una decisión racional en la que la persona acepta los hechos bíblicos acerca de Jesús. Las Iglesias de Cristo también enseñan que los cristianos pueden perder la salvación por medio de la apostasía. Muchos de ellos entienden la fe como una aceptación intelectual de los hechos bíblicos acerca de Jesús. Creen que los cristianos pueden pecar de tal manera que pierden su salvación.

Bautismo
Las Iglesias de Cristo enseñan que el bautismo por inmersión de los creyentes es esencial para la remisión de los pecados y que es necesario para la salvación. Utilizan pasajes tales como Marcos 16:16 y Hechos 2:38 para apoyar esta enseñanza. El bautismo tiene un propósito triple: (1) es necesario para la salvación; (2) ubica al creyente en Cristo; y (3) ubica al creyente en la iglesia.

Respuesta Cristiana: Aunque el bautismo es importante, no es necesario para la salvación. Los pasajes bíblicos citados por las Iglesias de Cristo para proclamar la necesidad del bautismo en agua no prueban su argumento.

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Mark 16:16). Contrariamente a los alegatos de las Iglesias de Cristo, este pasaje no prueba la necesidad del bautismo en agua. Existen cuatro relaciones posibles entre la creencia y el bautismo. Primero, uno debe tanto creer como ser bautizado. Se nos dice en la primera parte del versículo 16 que esta persona será salva. Segundo, uno cree y no es bautizado. Esta posibilidad no se contempla en el pasaje, así que no podemos llegar a ninguna conclusión en cuanto a si la persona será salva o se perderá. Una tercera posibilidad sería que la persona no cree, pero es bautizada. Cuarta, uno no cree ni tampoco es bautizado. De acuerdo al versículo 16, el que no cree es condenado, se bautice o no.

Si las Iglesias de Cristo realmente quieren hablar solamente cuando la Biblia habla y permanecer en silencio cuando la Biblia lo hace, no deben utilizar Marcos 16:16 para proclamar la necesidad del bautismo en agua para la salvación. Marcos 16:16 guarda silencio en cuanto a si la persona que cree pero no es bautizada es salva o se pierde.

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38). Las Iglesias de Cristo alegan que este pasaje enseña que se requiere tanto del arrepentimiento como del bautismo para la salvación. Un examen del texto griego revela información que no está disponible en la traducción al inglés. La palabra “para” es una traducción de la preposición griega “eis”. Las Iglesias de Cristo tienen razón cuando señalan que “eis” a veces puede expresar dirección o propósito. Si Lucas quería usarla de esa manera, entonces este pasaje nos enseñaría que el bautismo es necesario para recibir el perdón de pecados. No obstante, este no es el único significado que el término griego “eis” puede tener en este pasaje. “Eis” también se puede utilizar para indicar la base o el fundamento de algo. De acuerdo a A. T. Robertson, este vocablo “se presenta por lo menos tres veces” donde no puede significar un propósito o dirección, sino la base o fundamento” (Mt. 10:41; 12:41) (A. T. Robertson, Imágenes de Palabras en el Nuevo Testamento, Vol. III, p. 35). Hechos 2:38 puede significar que uno es bautizado porque sus pecados ya han sido perdonados. Hechos 2:38 no prueba la necesidad del bautismo en agua para la salvación.

La Cena del Señor
La Cena del Señor es uno de los tres elementos centrales en el culto de las Iglesias de Cristo. Los otros dos elementos son la predicación y el bautismo. De acuerdo a las Iglesias de Cristo, la Cena del Señor tiene tres significados primarios: (1) recordar el alimento conmemorativo ordenado por Cristo; (2) la proclamación de la muerte de Cristo por personas pecadoras; y (3) el examen del compromiso cristiano de la persona. Manteniéndose fieles a su entendimiento del Nuevo Testamento, las Iglesias de Cristo celebran la Cena del Señor cada Domingo.

La Trinidad
Las Iglesias de Cristo se apegan a la doctrina de la Trinidad, pero evitan la utilización de los términos “Trinidad” y “Trinitario”. Estos son considerados filosóficos en vez de Términos del Nuevo Testamento.

La Biblia
Las Iglesias de Cristo creen que el Nuevo Testamento es la guía primordial para comprender la fe y la práctica cristianas. Los credos se consideran innecesarios y extraños. Un dicho popular de las Iglesias de Cristo (y de otros Protestantes) es: “Donde habla la Biblia, nosotros hablamos. Donde la Biblia guarda silencio, nosotros guardamos silencio.”

Ministerio
Las Iglesias de Cristo tienen tres tipos básicos de ministros: evangelistas, ancianos, y diáconos. Los evangelistas son ordenados por una congregación local y enviados a predicar, ganar almas, y establecer iglesias. Los ancianos funcionan de manera muy similar a los pastores, proveyendo funciones espirituales y disciplinarias en las iglesias locales. Los diáconos funcionan como siervos en las iglesias.

Comparaciones con los bautistas
Tanto los Bautistas como las Iglesias de Cristo ponen mucho énfasis en la autonomía de la iglesia local. Ambos grupos también están a favor de apoyar a las misiones.

Aunque hay muchas similitudes entre los Bautistas y las Iglesias de Cristo, existen también muchas áreas con diferencias. Los Bautistas no consideran que el bautismo en agua sea esencial para la salvación. Los Bautistas creen que el bautismo es un símbolo de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesucristo. Los creyentes son bautizados para identificarse públicamente con Cristo, y para representar que mueren a una vida de pecado y resucitan a una nueva vida.

Los Bautistas, a diferencia de las Iglesias de Cristo, tienen organizaciones más allá de la iglesia local para trabajar juntos con fines misioneros y de evangelismo. Contrariamente a la práctica de las Iglesias de Cristo, los Bautistas aceptan la utilización de instrumentos musicales en la adoración. Los Bautistas consideran que la fe requiere de una confianza personal en Jesús y un compromiso para con Él, en vez de la simple aceptación intelectual de las enseñanzas bíblicas acerca de Cristo Jesús. Los Bautistas creen que la Biblia enseña que la salvación no depende de la membresía en una iglesia en particular. La salvación viene como resultado de una fe personal en Jesucristo y de un compromiso para con Él como Señor y Salvador.

Recursos:
Allen, Crawford Leonard. Discovering Our Roots: The Ancestry Of Churches Of Christ. Abilene, Texas: ACU Press, Abilene Christian University, 1988.

Hooper, Robert E. Crying In The Wilderness: A Biography Of David Lipscomb. Nashville: David Lipscomb College, 1979.

Hughes, Richard T. Reviving The Ancient Faith: The Story Of Churches Of Christ In America. Grand Rapids: W.B. Eerdmans Pub. Co., 1996.

Foster, Douglas A. Will The Cycle Be Unbroken?: Churches Of Christ Face The 21st Century. Abilene, Texas: ACU Press, 1994.

Mead, Frank S., and Hill, Samuel S. Handbook Of Denominations In The United States. Nashville: Abingdon Press, 1985.

Olbricht, Thomas H. Hearing God’s Voice: My Life With Scripture In The Churches Of Christ. Abilene, Texas: ACU Press, 1996.

Robertson, Archibald Thomas. Word Pictures In The New Testament (Vol. III). Nashville: Broadman Press, 1930.

Smith, F. LaGard. Baptism, The Believer’s Wedding Ceremony. Cincinnati: Standard Pub., 1989.

Bill Gordon, Socio, Depto. de Evangelismo, Apologética, y Religiones del Mundo.


Published October 31, 2017