La religión Baha'i

Por Tal Davis

Nombre Oficial: Comunidad Baha’i Internacional

Fundadores:
Mirza Siyyid Alí Muhammad, el “Bab” (1819-1850)
Mirza Husayn-Alí, “Baha’u’llah” (1817-1892) Líderes Actuales:
Las “Manos de la Causa de Dios” y nueve miembros de la Casa de la Justicia Universal elegidos cada cinco años en una convención internacional de delegados de más de 160 comunidades nacionales.

Oficinas Centrales Internacionales:
Sede de la Casa de la Justicia Universal en el Monte Carmelo, Haifa, Israel (www.bahai.org)

Oficinas Centrales en Estados Unidos:
Casa de Adoración Baha’i, 100 Linden Ave., Wilmette, IL 60091 (www.us.bahai.org)

Oficinas Centrales en Canadá:
Comunidad Baha’i de Canadá, 7200 Leslie Street, Thornhill, Ontario L3T 6L8
(www.ca.bahai.org)

Seguidores:
En el mundo: 6.5 millones en 235 países; 17,000 asambleas espirituales locales
(Fuente: www.bahai.org [citada el 29 de marzo de 2001])

En Estados Unidos: 300,000 en 1,200 asambleas espirituales locales
(Fuente: www.bahai.org [citada el 21 de marzo de 2001])

En Canadá: 25,000 en 337 asambleas espirituales locales
(Fuente: externa [email protected] citada el 21 de marzo de 2001])

Introducción Según la página web oficial de la fe baha’i:

La fe baha’i es la más nueva de las religiones independientes del mundo. Su fundador, Baha’u’llah (1817-1892), es considerado por los baha’is como el más reciente de los mensajeros de Dios en una línea que se extiende hasta antes del tiempo registrado y que incluye a Abraham, Moisés, Buda, Zaratustra, Cristo y Mahoma.

El tema central del mensaje de Baha’u’llah es que la humanidad es una sola raza y que ha llegado el día de unificarla en una sola sociedad global. Según Baha’u’llah, Dios ha puesto en movimiento fuerzas históricas que están rompiendo las barreras tradicionales de raza, clase, credo y nacionalidad, y que con el tiempo darán origen a una civilización universal. El principal reto enfrentado por los pueblos del mundo es aceptar el hecho de ser uno y apoyar los procesos de unificación (“La Fe Baha’i”, www.bahai.org/article-1-2-0-1.html [citado el 21 de marzo de 2001]).

Breve Historia de la Fe Baha’i A principios del siglo diecinueve, justo como ahora, la nación de Persia, ahora llamada Irán, estaba impregnada de la cultura y leyes de los chiítas islámicos. Sin embargo, en ese ambiente nació un hombre, Mirza Alí Muhammad, quien en 1844, a la edad de 25 años, declaró que Dios lo había elegido para ser “el Bab” (la “Compuerta” o “Puerta”) para la creación de una nueva tradición religiosa. Al cabo del tiempo, esta religión sería guiada por una gran “manifestación” de Dios aun por ser revelada. Esa declaración fue considerada como una herejía por los musulmanes, la cual atrajo una gran persecución contra el Bab y sus seguidores y condujo a su ejecución en 1850.

Uno de los seguidores del Bab era un persa llamado Mirza Husayn-Alí. Aunque dos años mayor que el Bab, Mirza Husayn-Alí fue un dedicado discípulo encarcelado en Persia después de la muerte del Bab. En 1853, Mirza Husayn-Alí huyó a Bagdad, Irak, donde continuó predicando el mensaje del Bab.

En 1863, Mirza Husayn-Alí declaró ser la Gran Manifestación de Dios cuya venida había sido prometida por el Bab. Luego adoptó el título de Baha’u’llah (“la gloria de Dios”). En los años posteriores a esta atrevida declaración, fue encarcelado nuevamente por los gobernantes musulmanes y finalmente fue exiliado a Palestina en 1868. Ahí produjo los escritos que más tarde serían conocidos como las santas escrituras de la fe baha’i.

Cuando Baha’u’llah murió en 1892, su hijo mayor, Abdu’l-Bahá, fue designado líder de la nueva religión. Sin embargo, su autoridad consistía únicamente en interpretar las enseñanzas de Baha’u’llah, no en actuar como otra manifestación de Dios.

Abdu’l-Bahá, como su padre, pasó tiempo en prisión, pero en 1908 empezó un recorrido mundial para proclamar el mensaje baha’i y promover la paz mundial. Visitó los Estados Unidos en 1912, donde fue recibido cálidamente por algunos norteamericanos. En 1920, fue nombrado caballero por la corona británica debido al trabajo que realizó durante la Primera Guerra Mundial.

Abdu’l-Bahá murió en 1921 y fue sucedido por su nieto, Shoghi Effendi, como “el Guardián de la Fe Baha’i”. Shoghi Effendi murió en 1957 después de establecer la Casa de la Justicia Universal en Haifa, Israel. Dicha institución sigue en pie como organismo gobernante de la comunidad internacional baha’i.

CreenciasAutoridad: Las “Sagradas”, las “Manos” y la “Casa”
Los baha’is son respetuosos con las escrituras de otras tradiciones religiosas como la Biblia de los judíos y cristianos y el Corán de los musulmanes. Sin embargo, consideran a las “sagradas” escrituras de Baha’u’llah como las revelaciones supremas de Dios. Las más importantes son El Libro más Sagrado y El Libro de la Certidumbre. Los escritos del Bab, Abdu’l-Bahá y Shoghi Effendi también se consideran como fuente de autoridad.

Desde la muerte de Shoghi Effendi, en 1957, el liderazgo mundial de los baha’i reside en los pocos miembros sobrevivientes de “Las Manos de la Causa de Dios”, un grupo de líderes seleccionados personalmente por Shoghi Effendi para guiar el movimiento, y los nueve miembros elegidos de la Casa de la Justicia Universal (UHJ, por sus siglas en inglés) en Haifa, Israel. Los baha’i consideran los escritos y edictos oficiales de las Manos y de la UHJ como fuentes de autoridad y cohesión.

Respuesta Cristiana: La Biblia es la única Palabra de Dios y fuente verdadera de Escrituras inspiradas divinamente. Ninguna fuente humana u otro escrito pueden igualar ni anular la autoridad de la Biblia, única base de la doctrina y práctica cristianas.

Jesucristo mismo afirmó la autoridad de la Biblia en la vida de todas las personas (ver Mt. 5:17-19; 2 Tm. 3:15-17; 2 P. 1:19-21).

Dios: Un Ser Divino
Los baha’i son monoteístas en el sentido de que creen en un sólo Ser sobrenatural que creó todo lo que existe. Dicho Ser, a quien llaman Dios, exhibe las características de la omnipotencia, la perfección y la omnisciencia. Los baha’i aseguran que diversas religiones oran u adoran a un dios de nombre diferente, pero que en esencia todos son el mismo Ser único.

Sin embargo, los baha’i creen que los seres humanos finitos no pueden conocer la esencia de Dios. Por lo tanto, podemos entender los atributos o cualidades de Dios, pero nunca podremos experimentar el conocimiento directo de su esencia divina. Lo que podemos conocer de Dios es revelado a través de la historia mediante sus manifestaciones (profetas).

Respuesta Cristiana:
La Biblia enseña que de hecho sólo hay un Dios (Dt. 6:4) y que él es el Creador de todo lo que existe. Sin embargo, la Biblia advierte que todos los demás dioses son falsos y que quienes los adoran son culpables de idolatría (Ex. 20:3-4; Is. 44:6-8).

El Nuevo Testamento enseña que Dios existe eternamente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mt. 28:19; 1 Cor. 8:6; 12:4-6; 2 Cor. 1:21-22; 1 P. 1:2). La Biblia también enseña que la gente puede conocer a Dios a través de una relación personal con su Hijo Jesucristo (Heb. 1:1-2), y no sólo tener información acerca de él.

Jesús: Una de las “Manifestaciones” de Dios
Los baha’i consideran a Jesucristo como un gran mensajero, profeta o “manifestación” de Dios. Sin embargo, no lo consideran particularmente único. Según su perspectiva, Jesucristo fue sólo uno de por lo menos nueve de dichas manifestaciones o profetas que han aparecido en varias épocas y lugares del mundo. Cada manifestación dió nueva luz a la progresión de la revelación de Dios dada por cada “manifestación” a su generación. Las nueve “manifestaciones” incluyen a Moisés, Krishna, Abraham, Zaratustra, Buda, Jesús, Mahoma, el Bab y Baha’u’llah. Otras fuentes de la religión baha’i son Confucio, Hud y Salih. En cualquier caso, Baha’u’llah es considerado como el principal profeta de la era moderna. Se espera que sus enseñanzas finalmente unifiquen a los pueblos, gobiernos y religiones del mundo bajo los principios universales de paz y justicia. No se espera otra manifestación dentro de los próximos 900 años.

Los baha’i no consideran las manifestaciones divinas como “encarnaciones” de Dios en el sentido cristiano, ya que él esta muy alejado de su creación finita. Sin embargo, se considera que todas estas manifestaciones están libres de pecado y poseen una verdad que las valida como “espejos” de la naturaleza divina.

Respuesta Cristiana:  Jesucristo es el “hijo unigénito de Dios” (Jn. 3:16). Él es la única encarnación (personificación) de Dios, quien revela perfectamente la naturaleza y carácter de éste a la humanidad (Hb. 1:1-2). Él fue, es y siempre será la Segunda Persona de la sagrada y eterna Trinidad. Nació de una virgen, vivió una vida sin pecado, fue crucificado para expiar los pecados del mundo y resucitó físicamente de entre los muertos. Ahora reina con el Padre en el cielo y algún día regresará a finalizar esta era y juzgar a toda la gente. No hay ningún otro como él en toda la historia (Jn. 1:1-14; 5:17-18; 8:56-59; 10:30-33; 14:6; Col. 1:15-20; 2:9).

Cierto… muchas de las otras “manifestaciones” baha’i enseñaron normas morales y promovieron la paz y la justicia social. Sin embargo, ninguna demostró el nivel de autoridad divina mostrado por Jesús, quien demostró su poder al resucitar (1 Cor. 15:1-11).

Salvación y Vida después de la Muerte
La fe baha’i enseña que la humanidad posee una doble naturaleza espiritual y material. Si se permite a la naturaleza material dominar la personalidad de uno, ésta conduce a deseos egoístas y resultados malignos. Si domina la naturaleza espiritual, conduce a una vida de virtud, compasión, sacrificio y cercanía a Dios y sus principios.

Si uno sigue esos principios y vive una vida de obras espirituales buenas, entrará al reino del paraíso, o al cielo, tanto en esta vida como después de la muerte. Si uno da la espalda a una vida de obras espirituales y hace el mal, ya se encuentra en el infierno, el cuál continuará después de la muerte.

Respuesta Cristiana:  La Biblia enseña que la salvación es un don gratuito para quienes reconocen su pecado (Rom. 3:23; 6:23), se arrepienten (Hch. 26:20) y, por fe, reciben a Jesucristo como Señor y Salvador personal (Jn. 1:12; Rom. 10:9-13). Sólo su muerte en la cruz expía los pecados de la humanidad y su resurrección garantiza la vida eterna en el cielo (Rom. 4:23-25; 1 Cor. 15:1-8; 1 P. 3:18).

Quienes rechacen ese don gratuito se perderán para siempre en el infierno (Mt. 18:8-9; 25:41-46; Mc 9:43-48).

Enseñanzas Morales Básicas de Baha’u’llah
La fe baha’i asegura que las enseñanzas morales básicas de su principal profeta Baha’u’llah pueden resumirse en ocho principios básicos. Según los baha’i, cada uno de estos principios contienen la esencia de todas las religiones y por lo tanto son válidos para la gente de todas las épocas.

  1. Abandono de toda forma de prejuicio
    Los baha’i argumentan que la humanidad es esencialmente una sola raza. Todas las diferencias basadas en la raza, etnia, nacionalidad y(o) religión son consideradas contrarias al deseo de Dios de unidad para el mundo. Como resultado, se fomentan los matrimonios entre personas de diferente cultura, raza o nacionalidad para facilitar la integración total de la humanidad.

    Ya que los hemos creado a partir de la misma sustancia, les corresponde ser parejos como si fueran una sola alma, caminar con los mismos pies, comer con la misma boca y morar en la misma tierra, que desde su ser más íntimo, por sus obras y acciones, los signos de unicidad y la esencia de desprendimiento puedan manifestarse. (Fuente: Baha’u’llah, The Hidden Words [Las Palabras Ocultas], p. 20, www.bahai.org/article-1-3-2-14.html [citado el 19 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  Los cristianos afirman la unidad de toda la humanidad por la ascendencia común de Adán y Eva (Gn. 1-2). La diversidad cultural, étnica y racial es  parte del plan de Dios, ya que él creo a toda la gente a imagen y semejanza suya y la colocó en las épocas y lugares que quiso (Gn. 1:26-27; 5:1; Hch. 17:24-28). Sin embargo, sólo en Cristo puede el género humano encontrar unidad de propósito para trascender las divisiones humanas superficiales (Gal. 3:28-29; Ef. 2:11-15).

  2. Total igualdad de las mujeres con respecto a los hombres La emancipación de las mujeres, el logro de la total igualdad entre los sexos, es uno de los pre-requisitos más importantes, aunque menos reconocidos, para lograr la paz. La negación de tal igualdad es una injusticia contra la mitad de la población mundial y promueve en los hombres actitudes y hábitos dañinos llevados de la casa al lugar de trabajo, a la vida política y finalmente a las relaciones internacionales (Fuente: The Promise of World Peace [La Promesa de Paz Mundial], Casa de la Justicia Universal, 1985, www.bahai.org/article-1-7-0-6.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  Jesucristo elevó el estatus de la mujer más que ninguna otra religión en la historia.

    Los cristianos afirman la igualdad y los derechos de las mujeres por haber sido creadas a imagen y semejanza de Dios (Gn. 1:26-27). Sin embargo, la Biblia celebra las funciones complementarias de hombres y mujeres dentro de la familia y la iglesia, ya que trabajan juntos para construir el reino de Dios (Ef. 5:21-33; Col. 3:18-21; Tito 2:3-5; 1 P. 3:1-7).

  3. Reconocimiento de la unidad y la relatividad de la verdad religiosa

    Los baha’i aseguran que todas las religiones principales del mundo enseñan los mismos principios básicos, y que cada uno de los fundadores de dichas religiones, las “manifestaciones” de Dios, ha aportado luz en su espacio y época. Sin embargo, el principio de la unidad religiosa implica que todos los grandes fundadores religiosos han venido del mismo Dios, y que todos los sistemas se han establecido como un sólo plan dirigido por Dios.

    Estos principios y leyes, estos poderosos sistemas establecidos firmemente, han venido de una sola fuente y son rayos de una misma luz. El que difieran unos de otros debe atribuirse a las diversas necesidades de las épocas en que fueron promulgados (Baha’u’llah, Gleanings from the Writings of Baha’u’llah [Deducciones de los Escritos de Baha’u’llah], 2da rev., ed. 1976, p. 287-288, www.bahai.org/article-1-4-0-4.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  La aseveración de los baha’i en el sentido de que todas las religiones son lo mismo ignora las contradicciones doctrinales y filosóficas que las caracterizan. Lo más importante es que los baha’i ignoran las declaraciones únicas de Jesucristo de ser el Hijo unigénito de Dios y su única encarnación (Jn. 1:14-18; 3:16-18; Heb. 1:1-14; 1 Jn. 4:9).

    Los baha’i también ignoran las importantes diferencias en la forma en que se lleva a cabo la salvación en el cristianismo, a diferencia de la mayoría de las demás religiones. En casi todas las otras religiones la salvación se gana adhiriéndose a varias leyes de comportamiento y logros humanos. El cristianismo establece que la salvación se logra sólo por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo, y como resultado de la vida, muerte expiatoria y resurrección de Jesús (Jn. 14:6; Ef. 2:8-9).

  4. La eliminación de los extremos de pobreza y riqueza
    Los baha’i consideran la disparidad económica entre ricos y pobres como una grave injusticia moral. Esto es verdad, como ellos lo ven, entre individuos y naciones. Consecuentemente, los baha’i tratan activamente de corregir este desequilibrio por métodos económicos y legales. Baha’u’llah advirtió a los ricos:

    Los pobres que están entre ustedes son mi fideicomiso; cuiden mi fideicomiso y no se ocupen sólo de su propia tranquilidad. (Fuente: Baha’u’llah, The Hidden Words [Las Palabras Ocultas], p. 41, www.bahai.org/article-1-3-2-15.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Cuenten a los ricos del suspirar nocturno de los pobres, no sea que su desatención los conduzca al camino de la destrucción y los prive del Árbol de la Riqueza. (Fuente: Baha’u’llah, The Hidden Words [Las Palabras Ocultas], p. 39, www.bahai.org/article-1-3-2-15.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  La Biblia no enseña que la acumulación de riquezas sea necesariamente, en sí misma, maligna o pecaminosa. Sin embargo, las Escrituras advierten que “el amor al dinero es la raíz de toda clase de males” (1 Tim. 6:10, NVI) y que los cristianos deben ser mayordomos (administradores) fieles de los recursos materiales que Dios nos confía (Gn. 1:27-28; Mt. 25:14-30).

    Este principio de mayordomía se aplica a la totalidad de la vida económica y espiritual de cada persona:

    • Se aplica a la forma en que un cristiano se gana la vida. Los cristianos deben trabajar honradamente en ocupaciones éticas que construyan el reino de Dios (Ef. 6:7-8; Col. 3:17,23-24).
    • Se aplica a la forma en que los cristianos gastan su salario. La gente de Dios debe pensar cuidadosamente en los propósitos y el valor de los artículos que compra.
    • Se aplica al cómo y por qué los cristianos ahorran sus recursos. El creyente debe ahorrar e invertir su dinero sabiamente (Mt. 6:19-21).
    • El mayordomo cristiano también debe considerar, con previsión razonable, cómo se repartirá su patrimonio al momento de su muerte. Los testamentos y fideicomisos bien planeados pueden proveer adecuadamente a las futuras generaciones y beneficiar la diseminación del evangelio durante varios años en el futuro.
    • Por supuesto se espera que el cristiano dé generosamente a su iglesia local y apoye a los ministerios cristianos en proporción a sus recursos (Mt. 15:3-6; 23:23-24; Mc 12:41-44; 2 Cor. 9:6-8).
  5. La realización de la educación universal

    La causa de la educación universal, que ya ha enlistado para su servicio a un ejército de gente entregada de todas las religiones y naciones, merece el mayor apoyo que los gobiernos del mundo puedan darle. Porque la ignorancia es sin lugar a dudas la principal razón del declive y caída de los pueblos y la perpetuación de los prejuicios…  En un intento de mantenerse a la altura de las circunstancias de los tiempos, debe considerarse la enseñanza del concepto de ciudadanía del mundo como parte de la educación de cada niño. (Fuente: The Promise of World Peace [La Promesa de Paz Mundial], Casa de la Justicia Universal, octubre de 1985, www.bahai.org/article-1-3-2-16.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  Los cristianos afirman los beneficios de la alfabetización y la educación, y apoyan la meta de la educación universal. Sin embargo, la Biblia no enseña que la falta de educación sea el principal problema de la humanidad. La Biblia declara que el pecado es la raíz de los problemas de la humanidad, incluyendo la guerra y la injusticia. El pecado se define como rebelión o indiferencia hacia la voluntad de Dios para cada persona (Rom. 3:23) lo cual da por resultado la muerte (Rom. 6:23).

    La única solución al pecado es la salvación otorgada por gracia de Dios mediante la fe en la obra redentora de Jesucristo, lo que da por resultado buenas obras (Ef. 2:8-10). Una educación que ignore este problema básico del pecado no necesariamente valorará la honestidad, la justicia o la paz, sino que con frecuencia dará por resultado un adoctrinamiento opresivo, como lo ilustran históricamente las muy educadas sociedades de la Alemania Nazi y la Unión Soviética.

  6. La responsabilidad de cada persona de buscar la verdad

    La fe baha’i anima a cada individuo a pensar seriamente y buscar la verdad última para sí mismo. El apego irreflexivo hacia formas de pensamiento e ideologías tradicionales que rechacen dogmáticamente a otras personas puede conducir a la intolerancia y conflictos. Los baha’i creen que hay solamente una realidad, así que todos los que buscan diligente y sinceramente la verdad, llegarán a unirse finalmente.

    Al ser una, la verdad no puede dividirse, y las diferencias que parecen existir entre las muchas naciones son solamente el resultado del apego a los prejuicios. Si tan sólo la humanidad buscara la verdad, descubriría su unidad. (Fuente: Abdu’l-Bahá, Paris Talks [Conferencias de París], p. 129, www.bahai.org/article-1-3-2-17.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    El hecho de que imaginemos que tenemos la razón y que todos los demás están equivocados es el mayor de los obstáculos en el camino hacia la unidad, y la unidad es necesaria si hemos de llegar a la verdad, porque la verdad es una. (Fuente: Abdu’l-Bahá, Conferencias de París, p. 136, www.bahai.org/article-1-3-2-17.html [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  La declaración baha’i de que la verdad es una pero que está mal cuestionar o criticar las creencias de los demás, es contradictoria. Las argumentaciones de varias tradiciones religiosas en lo referente a la verdad son en muchos casos totalmente incompatibles. Los baha’i sencillamente ignoran las discrepancias para sintetizarlas en un sistema unitario. Sin embargo, este compromiso doctrinal, en realidad eleva la fe baha’i al nivel de religión superior y denigra las creencias únicas de todas las demás religiones.

    En cualquier caso, Jesucristo y los escritores bíblicos hicieron declaraciones sobre la verdad exclusiva acerca de las cuales los cristianos no pueden hacer concesiones (Jn. 14:6; Hch. 4:12). La Biblia advierte en el Antiguo y el Nuevo Testamento contra el peligro de mezclar una fe falsa con la fe auténtica. También advierte a la gente de Dios que debe rechazar a falsos dioses, falsos profetas y la falsa adoración (Gn. 4:3-4; Nm. 33:52-56; Dt. 12:2-3; 18:9-22; 1 R. 18:16-40; Jer. 14:14-16; Mt. 7:15-21; 24:4-5,23-26; Mc 13:5-23; Lc 17:23-27; Rm. 16:17-18; 2 Cor. 11:4-15; Gal. 1:6-7; 1 Tim. 1:3-4; 3:9; 2 Tim. 4:1-2; 1 Jn. 2:18-23; 4:1-5; 2 Jn. 7-11).

  7. Establecimiento de una comunidad global de naciones

    Los baha’i están convencidos de que una de las necesidades prioritarias de la humanidad es el establecimiento de una paz justa y duradera. Baha’u’llah declaró que el mundo “es sólo un país y la humanidad son sus ciudadanos” (www.bahai.org/article-1-3-2-19.html [citado el 29 de marzo de 2001]). Con el fin de llevar a cabo esta visión de un mundo unificado, los baha’i promueven la creación de nuevas estructuras sociales internacionales que trasciendan la autoridad de las naciones autónomas y aseguren y mantengan la paz y la seguridad mundiales. Los baha’i desearían que estos sistemas garantizaran la libertad individual y estuvieran basados en principios democráticos.

    Respuesta Cristiana:  Los cristianos están de acuerdo en que la gente debe trabajar para establecer sociedades y paz entre la humanidad. Sin embargo, aseguran que el verdadero remedio contra la guerra no es un gobierno mundial, sino el mensaje transformador del evangelio de Jesucristo. La paz total vendrá sólo con la venida del Señor al final de los tiempos (Is. 2:4; Mt. 5:9, 38-48; 6:33; 26:52; Rom. 12:18-19; 13:1-7; 14:19; Heb. 12:14; St. 4:1-2).

  8. Reconocimiento de que la verdadera religión está en armonía con la razón y la búsqueda del conocimiento científico

    Cuando la religión, despojada de sus supersticiones, tradiciones y dogmas poco inteligentes muestre conformidad con la ciencia, entonces habrá una gran fuerza unificadora y purificadora en el mundo que eliminará todas las guerras, desacuerdos, discordias y luchas -y entonces la humanidad se unirá con el poder del amor de Dios (Abdu’l-Bahá, Paris Talks, p. 146, www.bahai.org/article-1-3-2-18.html  [citado el 29 de marzo de 2001]).

    Respuesta Cristiana:  Los cristianos están de acuerdo en que no hay conflicto entre la fe bíblica y la investigación científica objetiva. Sin embargo, rechazan la dogmática visión materialista y naturalista del mundo que caracteriza a la mayor parte de la comunidad científica actual. La ciencia es una fuente válida de la verdad, pero igualmente los cristianos creen que la revelación divina provee información que la ciencia no puede explicar con sus métodos de investigación (Rom. 1:20-23).

Cómo Dar Testimonio a los Baha’i

    1. Adquiera un claro conocimiento del cristianismo y la Biblia. Estudie las razones por las que creemos que la Biblia y el cristianismo son verdad.
    2. Trate de establecer una relación personal sincera con los baha’i. Hágales saber que respeta su derecho a creer en lo que quieran, pero que se reserva el derecho a disentir.
    3. Concentre la atención en la persona y la obra de Jesucristo y explique por qué él es único entre los líderes religiosos del mundo.
    4. Comparta con su amigo baha’i el conocimiento de que el problema básico de la humanidad es el pecado, no el analfabetismo ni la injusticia social.
    5. Explique a los baha’i los puntos básicos del evangelio cristiano. Enfatice la necesidad de confesar el pecado, arrepentirse y creer en Jesucristo como Señor y Salvador personal.
    6. Provea materiales escritos que expliquen y defiendan el cristianismo, tales como El Caso de Cristo, de Lee Strobel, o Mero Cristianismo, de C.S. Lewis.
    7. Ore al Espíritu Santo y confíe en que le guiará al dar testimonio a su amigo baha’i. Fuentes
    8. Beckwith, Francis.

Baha’i

    . Minneápolis: Bethany House Publishers, 1985.

Corduan, Winfried. Neighboring Faiths: A Christian Introduction to World Religions [Creencias Vecinas: Una Introducción Cristiana a las Religiones del Mundo]. Downers Grove: InterVarsity Press, 1998.

 


Published August 11, 2006