Por David Wood
El argumento actual más popular para el Islam es el Argumento de la precisión científica. Los musulmanes afirman que Mahoma hizo numerosas declaraciones científicas que no tenían forma de haber sido verificadas en la Arabia Saudita del siglo séptimo, pero que la ciencia moderna hoy sí confirma. El principal problema con este argumento es que prácticamente todas las afirmaciones científicas de Mahoma son demostrablemente falsas. En este ensayo, vamos a examinar el punto de vista cosmológico de Mahoma. La evidencia muestra que cuando Mahoma explicó la estructura del universo y la naturaleza de los cuerpos celestes, no tenía ni idea de lo que estaba hablando.
I. LA HISTORIA DE UNA BALLENA
Comencemos. El sura (capítulo) 68:1 del Corán dice:
Nun. ¡Por el cálamo y lo que escriben!… [i]
La palabra Nun normalmente suele no traducirse, pero se refiere a un pez grande o una ballena. Ibn Abbas, uno de los compañeros de Mahoma y el más grande comentarista primitivo del Corán, explica: nun de la siguiente manera:
Alá jura por el Nun, que es la ballena que lleva a la tierra en su espalda mientras que está en el Agua, y debajo de la cual está el Toro, y debajo del Toro está la Roca y debajo de la Roca está el polvo, y nadie sabe lo que está bajo el polvo salvo Alá. [ii]
Ibn Masud (quien Mahoma seleccionó como su mejor maestro del Corán [iii]) presenta un panorama similar. Él dijo:
[Alá] creó la tierra sobre un (gran) pez (Hut), siendo este el pez (nun) mencionado por Dios en el Corán: «Nun. Por el cálamo». El pez estaba en el agua. El agua estaba sobre la parte trasera de una (pequeña) roca. La roca estaba sobre la espalda de un ángel. El ángel estaba sobre una (gran) roca.[iv]
Encontramos muchas más referencias a este pez cósmico en Ibn Kazir, al-Tabari y al-Qurtubi, pero el punto es claro. Los compañeros de Mahoma sostenían que el Sura 68:1 contiene una referencia a un pez que subyace a las siete tierras (sí, hay siete).
II. UNA PILA DE TIERRAS PLANAS
En el sura 65:12, leemos:
Allah es Quien ha creado los siete cielos y otro tanto de tierra…
Los musulmanes modernos han tratado de conciliar la referencia de Mahoma a los siete cielos y las siete tierras con una correcta comprensión del universo. Sin embargo, en Jami at-Tirmidhi, Mahoma mismo explicó a lo que el Corán se refiere. Los siete cielos son siete cúpulas sobre la tierra, cada uno a una distancia de quinientos años entre él y el cielo siguiente.
Entonces [Mahoma] dijo: «¿Saben lo que está por encima de ustedes?». Ellos dijeron: «Alá y Su Mensajero lo saben mejor». Él dijo: «De hecho, es un pabellón conservado del firmamento cuyo aumento es moderado». Entonces dijo: «¿Saben cuánto espacio hay entre ustedes y éste?». Ellos dijeron: «Alá y Su Mensajero lo saben mejor». Él dijo: «entre ustedes y éste [hay una distancia] de quinientos años». Luego dijo: «¿Saben lo que está por encima de éste?». Ellos dijeron: «Alá y Su Mensajero lo saben mejor». Él dijo: «En verdad, por encima hay dos cielos, y entre esos dos hay una distancia de quinientos años» -hasta que enumeró los siete cielos- “Lo que hay entre cada uno de los cielos es lo que hay entre el cielo y la tierra. [v]
El Corán también implica que el cielo más bajo es algún tipo de sustancia tangible que caería sobre nosotros si Dios no lo detuviese:
¿Es que no ves que Allah ha puesto a vuestro servicio todo lo que hay en la tierra, así como la nave que navega por el mar gracias a Su mandato y que sostiene el cielo para que no caiga sobre la tierra a menos que sea con Su permiso? Es cierto que Allah es para todos los hombres Clemente y Compasivo.(22:65)
¿Es que no se fijan en el cielo y en la tierra que tienen delante y detrás? Si quisiéramos haríamos que se los tragara la tierra o haríamos caer sobre ellos un trozo de cielo; realmente en eso hay un signo para todo siervo que recurre (a su Señor). (34:9)
Así como hay siete cielos, hay siete tierras (con la nuestra, por supuesto, en la parte superior):
Entonces [Mahoma] dijo: «¿Saben lo que está debajo de ustedes?». Ellos dijeron: “Alá y Su Mensajero lo saben mejor». Él dijo: «De hecho, es la tierra». Luego dijo: «¿Sabes lo que está debajo de ella?». Ellos dijeron: «Alá y Su Mensajero lo saben mejor». Él dijo: «De cierto, abajo hay otra tierra, y de entre las dos hay una distancia de quinientos años». “Hasta que enumeró las siete tierras: «Entre cada dos tierras hay una distancia de quinientos años». [vi]
Según el Corán, la tierra es tan plana como una alfombra:
Él os ha puesto la tierra como asiento y os ha trazado en ella caminos…(20:53)
Allah os ha puesto la tierra extendida…(71:19)
¿Es que no se fijan en los camellos y cómo han sido creados? ¿Y en el cielo y cómo ha sido elevado? ¿Y en las montañas, cómo han sido erigidas? ¿Y en la tierra, cómo ha sido extendida? (88:17-20)
Uno de los mayores comentaristas musulmanes de todos los tiempos explica el 88:20 de la siguiente manera:
En cuanto a Sus palabras «sutihat» en una lectura literal sugiere que la tierra es plana, lo cual es la opinión de la mayoría de los eruditos de la [revelada] Ley, y no una esfera como los astrónomos (ahl al – hay’a) sostienen, incluso si esto [después] no contradice ninguno de los pilares de la ley. [vii]
Aprendemos de los compañeros de Mahoma que las siete tierras son planas. Ibn Abbas comenta:
(Alá es Quien ha creado siete cielos) uno encima del otro como una cúpula, (y la tierra de la misma forma), siete tierras pero son planas. [viii]
El gran tradicionalista musulmán del siglo séptimo, Wahb, está de acuerdo:
Y cuando a Wahb se le preguntó cómo está (constituida) la tierra, él respondió: Hay siete tierras que son planas e islas. Entre cada dos tierras, hay un océano. [ix]
Sin embargo, las dificultades astronómicas de Mahoma no se detienen ahí.
III. EL SOL SE MUEVE
Mahoma claramente creía que es el movimiento del sol, no la rotación de la tierra, lo que nos hace nuestra observar al sol en movimiento en el cielo:
Y el sol, que corre hacia un lugar de reposo que tiene. Ese es el decreto del Poderoso, el Sabio. Y a la luna le hemos fijado casas, hasta que se hace como una rama de palmera vieja. No procede que el sol alcance a la luna, ni que la noche se adelante al día. Cada una va en una órbita. (36:38-40)
Nótese que aquí el Corán declara que los cuerpos celestes se mueven a lo largo de sus órbitas. Algunos musulmanes intentar estirar la interpretación en el sentido de que el universo es una esfera y que todo está navegando en ella, o que Mahoma está hablando de las órbitas de los planetas y las lunas. Sin embargo, Mahoma tiene, evidentemente, tanto a la luna como al sol en mente. Como leemos en el sura 21:33:
Él es Quien creó la noche y el día, el sol y la luna. Cada uno navega en una órbita. (21:33)
Sabemos que Mahoma creía que el sol se mueve por el cielo gracias a otros pasajes del Corán. Por ejemplo, los siguientes versículos nos dicen que un hombre (considerado por muchos musulmanes como Alejandro Magno) una vez alcanzó el lugar donde se pone el sol:
Y te preguntan sobre Dhul Qarnayn, di: Voy a recitaros una mención sobre él. Verdaderamente le dimos poder en la tierra y de cada cosa le dimos un medio. Y siguió uno de ellos. Así cuando hubo alcanzado el poniente del sol, encontró que éste se ponía en un manantial cenagoso y halló junto a él a una gente. Dijimos: ¡Dhul Qarnayn!: O los castigas o adoptas con ellos una actitud de bien! (18:83-86)
Según este pasaje, el sol es lo suficientemente pequeño como para meterse a una alberca cenagosa. Los musulmanes tratan de reinterpretar esto, pero el punto de vista de Mahoma es bastante claro.
IV. BAILANDO CON LAS ESTRELLAS
Dado que el sol sale de una piscina, el sol no debe ser muy grande. Pero los demás cuerpos celestes no son muy grandes tampoco. De hecho, muchas de las estrellas que vemos son lo suficientemente pequeñas como para ser arrojadas a los demonios cada vez que estos espíritus malignos sobrepasan sus límites. De acuerdo con varios pasajes del Corán, las estrellas son los misiles que Dios usa para disparar a los demonios cuando tratan de colarse en el cielo. Si vemos una estrella fugaz en el cielo, es porque Dios se enojó y la lanzó contra un demonio. Veamos algunos pasajes.
Hemos adornado el cielo de este mundo con luceros, dispuestos para lapidar a los demonios. Y a ellos les hemos preparado el castigo del Sair. (67:5)
Hemos colocado constelaciones en el cielo y las hemos hecho hermosas para los que las miran. Y las hemos protegido de todos los demonios lapidados. Pero excepcionalmente hay quien se introduce a escondidas para escuchar y es perseguido por una estrella fugaz visible. (15:16-18)
Hemos embellecido el cielo de este mundo con el adorno de los astros. Y lo hemos protegido contra todo demonio insolente. No pueden escuchar al “Consejo Supremo”, se les arrojan proyectiles desde todas partes para ahuyentarlos. Tendrán un castigo perpetuo. Aunque alguno consigue arrebatar algo y es perseguido por un lucero fulgurante. (37:6-10)
Abu Qatada, uno de los compañeros de Mahoma, comenta:
Abu Qatada citando a Alá dice: «Y de hecho Hemos engalanado el cielo más cercano con lámparas. . .» (V. 67:5) dijo: «La creación de estas estrellas es por tres motivos, y son: 1) como decoración del cielo más cercano, 2) como misiles para golpear a los demonios, y 3) como señales para guiar a los viajeros. Así que, si alguien trata de encontrar una interpretación diferente, se equivoca, y sólo desperdicia sus esfuerzos y se mete a sí mismo en problemas con algo que está más allá de su limitado conocimiento». [x]
Hay algunos errores claros aquí. En primer lugar, es muy extraño afirmar que las estrellas fugaces, las cuales son objetos físicos, de alguna manera van a lastimar a los espíritus malignos, que no son físicos. En segundo lugar, las estrellas fugaces no son realmente estrellas. Según el Corán, sin embargo, Dios arroja estrellas a los demonios, causando una raya brillante en el cielo. El Corán, por lo tanto, identifica a las estrellas fugaces como estrellas, lo cual es simplemente erróneo.
V. Y EN LA GRANJA TENÍA ALGUNAS CABRAS
En caso de que los misiles estelares, el sol que se mueve y la tierra plana y los peces no hayan sido suficiente como para poner en duda el rigor científico de Mahoma, el siguiente informe debería ser suficiente:
[Mahoma dijo]: Sobre el séptimo cielo hay un mar cuya distancia entre la superficie y el fondo es como la que hay entre un cielo y el siguiente. Por encima de esto hay ocho cabras de montaña y la distancia entre sus cuernos y sus patas traseras es como la distancia entre un cielo y el siguiente. Entonces Alá, el Bendito y el Exaltado, está por encima de eso. [xi]
VI. EVALUACIÓN
Los musulmanes apuntan a las declaraciones científicas milagrosamente exactas de Mahoma como prueba de que el Islam es verdadero. Pero ¿en qué fue exactamente lo que Mahoma acertó? Mahoma creía que había siete tierras (falso), todos ellas planas (falso), apiladas unas sobre otras como si fuesen panqueques (falso), salvo que entre ellas hay una gran distancia (falso). Sobre el borde superior de la tierra hay una piscina (falso) donde sale el sol (falso). También hay siete cielos por encima de las tierras (falso), como cúpulas que caerán sobre nosotros si Dios no las detiene (falso). En el cielo más bajo están las estrellas, que Dios usa para lanzar a los demonios (falso). Todo esto se encuentra entre un pez gigante (falso) y ocho cabras gigantes (falso).
Si esta es la mayor evidencia del profetismo de Mahoma, no podemos evitar preguntarnos por qué alguien cree en el Islam. La visión cosmológica de Mahoma se equivoca en todas las formas. Dado que sus afirmaciones sobre las cosas del mundo son manifiestamente falsas, ¿tiene sentido confiar en él cuando se trata de las cosas de Dios?
[i] Todas las citas del Corán están tomadas de la versión Abdel Ghani Melara Navio.
[ii] Tanwir al-Miqbas min Tafsir Ibn Abbas.
[iii] Vea Sahih al-Bukhari 3308.
[iv] The History of Al-Tabari, Volume One: General Introduction and From the Creation to the Flood, [La Historia de Al-Tabari, Volumen Uno: Introducción General y Desde la Creación hasta el Diluvio] Franz Rosenthal, trad. (Albany: State University of New York Press, 1989), p. 220.
[v] Jami at-Tirmidhi 3298.
[vi] Jami at-Tirmidhi 3298.
[vii] Tafsir al-Jalalayn.
[viii] Tanwir al-Miqbas min Tafsir Ibn Abbas.
[ix] The History of Al-Tabari, Volume One: General Introduction and From the Creation to the Flood, [La Historia de Al-Tabari, Volumen Uno: Introducción General y Desde la Creación hasta el Diluvio] Franz Rosenthal, trad. (Albany: State University of New York Press, 1989), p. 208.
[x] Sahih al-Bukhari 3198.
[xi] Sunan Abu Dawud, Número 4705.
Published November 5, 2009