En Send Network, invitamos a las iglesias a unirse a la obra de Dios para expandir Su Reino mediante la plantación de iglesias que se multiplican.
Parte de ese trabajo requiere la formación intencional y diligente de plantadores.
Por eso desarrollamos a los plantadores en nueve cualidades esenciales que creemos necesarias para un ministerio fiel y efectivo.
Una de estas cualidades es la enseñanza y predicación del plantador:
¿Usa bien y fielmente la Palabra de Dios?
La importancia de proclamar el evangelio y enseñar la doctrina bíblica no puede ser exagerada.
No necesitas leer mucho del libro de Hechos para notar que en cada etapa de una plantación de iglesias… la oración y el ministerio de la Palabra están en el centro de nuestro trabajo como pastores.
¿Cómo demuestra un plantador que maneja fielmente la Palabra de Dios?
- Sabe explicar y aplicar la Biblia con destreza.
- Puede hablar tanto a creyentes como a no creyentes desde la Palabra.
- Busca crecer en la habilidad de predicar y enseñar.
- Enseña la Biblia con fidelidad tanto en espacios pequeños como grandes.
- Entiende la centralidad de Cristo en las Escrituras y exalta a Cristo en cada mensaje.
- Usa la Palabra para guiar la oración congregacional al reunirse con el pueblo de Dios.
Cuando planté Austin Stone, la norma cultural no era predicar la Palabra de Dios.
Comencé en 2002, en plena era del movimiento “Iglesias amigables para los buscadores” (“Seeker Friendly”).
La idea era que primero debías hacer que los no creyentes se sintieran cómodos con la iglesia, enseñarles algo útil para su vida, y luego, en algún punto de su recorrido, enseñarles la Palabra.
Muchas personas me decían:
“No puedes mudarte a una ciudad moderna y cool como Austin, Texas, predicar verso a verso y esperar que la iglesia crezca.”
Pero había un par de cosas que no me dejaban en paz.
Primero, yo conocí a Cristo en la universidad bajo la enseñanza expositiva verso por verso.
De hecho, durante toda mi vida universitaria, mi pastor predicó verso a verso el Evangelio de Juan. Cada domingo, las primeras palabras que decía eran:
“Abran sus Biblias en el libro de Juan,” y el Espíritu Santo comenzó a obrar en mi corazón a través de la Palabra. Yo era solo un universitario pagano, pero experimenté el poder de la enseñanza ungida de la Palabra de Dios. Y eso cambió mi vida.
La otra razón que me incomodaba era esta:
Las palabras del apóstol Pablo en 1 Corintios 2: 1-5
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios¨
¿Notaste esa última parte?
Pablo dijo que la razón por la que predicaba la Palabra de Dios y no su propia sabiduría era para que la fe de la gente no reposara en palabras humanas, sino en el poder de Dios.
Yo no sabía mucho, pero sí sabía esto: Quería que la fe de mi gente no dependiera de mi sabiduría, sino que descansara en el poder de Dios.
Así que ese primer domingo en Austin Stone, las primeras palabras que salieron de mi boca fueron:
“Abran sus Biblias en el libro de Juan.” Y prediqué verso por verso durante cuatro años.
¿Y sabes esas personas que decían que no se podía predicar la Palabra de Dios y ver crecer una iglesia?
Estaban equivocadas.
Así como la iglesia del Nuevo Testamento nació, también vemos cómo la Palabra de Dios crecía y se multiplicaba a través de barreras geográficas y culturales por el poder del Espíritu Santo.
Los plantadores de iglesias hoy se paran dentro de esta gran tradición y continúan participando en la misión más grande de la historia.
Prediquemos la Biblia con fidelidad y exaltemos a Jesús constantemente en nuestras iglesias para Su gloria… hasta que Él nos lleve a casa.
Published mayo 28, 2025