Tres maneras en que las esposas de los pastores pueden establecer expectativas saludables

Hay tantas etiquetas que nos ponemos a nosotros mismas. Es imposible no hacerlo.

Cuando conoces a alguien nuevo, una de las primeras preguntas que te hacen es: «¿A qué te dedicas?». Damos una respuesta tartamudeando, tratando de darle validez a nuestro tiempo y nuestra existencia lo mejor posible para estar a la altura. También existe esa tensión interna entre intentar parecer humilde y a la vez parecer interesante y digna.

Como esposa de pastor, hay una capa adicional. Con frecuencia te nombran por lo que hace tu esposo, lo que te coloca automáticamente en este papel dinámico para el que no hay descripción de puesto. Dar una respuesta ambigua a menudo no se siente justa y es difícil de sobrellevar. Hay expectativas tácitas que fácilmente te impones a ti misma, y luego también están las expectativas tácitas (o tal vez expresas) que te imponen los demás como esposa de pastor. Cuando esas expectativas no se cumplen, es fácil que empieces a creerte mentiras sobre quién eres.

Cuando esto suceda inevitablemente, aquí hay tres prácticas que recordar:

  1. Ora por una amiga en tu iglesia a la que puedas hacerle confidencias. Puede que no sea una solución inmediata, pero Dios honra nuestras oraciones. Las mentiras pueden hablarnos con una voz muy fuerte. Incluso cuando no nos las creemos, pueden nublar fácilmente todos los pensamientos. Necesitamos voces a nuestro alrededor que sean más fuertes que las mentiras y que nos señalen la verdad de quiénes somos en Cristo. Si aún no tienes una amiga así, sigue orando. Por el momento hazle tus confidencias a una amiga o familiar de tu confianza aunque no sea de la iglesia, pero sigue orando para que Dios establezca amistades significativas dentro de la iglesia. No tienes que hacer esto sola. Contar con amigas que también comprendan la dinámica única de tu iglesia y tu comunidad es invaluable.
  2. Enumera tus temores. Está bien admitir que tienes temores. Reconocer estos temores es un paso importante para entregarlos a Dios. Escríbelos todos. ¿Tienes temor de decepcionar a la gente? Este temor puede llevarte a intentar complacer a todos los que te rodean. ¿Tienes temor de que te hagan daño? Este temor puede llevarte al aislamiento. ¿Tienes temor de no ser lo suficientemente buena? Este temor puede llevarte a resentir la vida misma que Dios te ha regalado y puede impedirte ver las bendiciones que tienes justo delante de ti. Sé totalmente honesta contigo misma, pero no te detengas ahí. Habla de esta lista con tu esposo, oren e identifiquen formas prácticas de sobrellevar estos temores.
  3. Practica mostrarte gracia a ti misma cada día. Nunca habrá suficiente tiempo, nunca habrá suficientes recursos y nunca habrá suficiente energía para hacerlo todo, pero, felizmente, tenemos acceso directo a nuestro Dios, que se desborda en una abundancia infinita. Aunque nosotras estemos limitadas por el tiempo y el espacio, Dios no lo está, y puede lograr mucho más de lo que nosotras podemos producir por nuestra cuenta. Confía en su poder, y muéstrate gracia. Es fácil asumir el estrés de quien sentimos que debemos ser, pero tu etiqueta definitiva no es «esposa de pastor». Más bien, Dios te llama su hija y su amada. No confundas tu identidad con las etiquetas de este mundo.

Mira este episodio de We Are Send Network y escucha a Angie Lewis hablar sobre cómo sobrellevar su papel en la iglesia y las expectativas de ser la esposa de un pastor.

 

PUBLICADO EL 17 DE OCTUBRE DE 2019


Published octubre 31, 2022

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