Nombre: El movimiento de la Nueva Era puede describirse
como la occidentalización de algunas creencias religiosas orientales combinadas
con prácticas ocultas, auto ayuda, medicina holística y astrología. El
movimiento de la Nueva Era no es promovido por una organización. Está formado
por un gran número de grupos e individuos autónomos. En Estados Unidos existen
cientos de grupos y líderes religiosos que podrían describirse como de Nueva
Era.
Naturaleza: El movimiento de la Nueva Era desea un cambio
en la consciencia colectiva de la sociedad. El término “nueva” no se refiere a
una característica de temporalidad, sino a diferencias con respecto a las
creencias occidentales tradicionales. Las creencias de la Nueva Era han sido
guardadas por las religiones orientales durante miles de años. El movimiento de
la Nueva Era no se acerca a la espiritualidad desde la perspectiva cristiana.
No todos los grupos de Nueva Era admiten que sus creencias y prácticas son
religiosas. Muchos presentan sus doctrinas como filosofías seculares,
científicas o de auto ayuda.
Fecha de Inicio: El movimiento del Nuevo Pensamiento, el
espiritismo y la Sociedad Teosófica introdujeron por primera vez las creencias
y prácticas de Nueva Era a Estados Unidos en el siglo XIX. Estas ideologías
ganaron popularidad durante la contracultura de mitad de los ’60s y principios
de los ’70s.
Oficinas Centrales: Este movimiento no tiene oficinas
centrales ni liderazgo. Es una alianza informal de individuos, grupos y
negocios.
Seguidores: Es imposible determinar el número de gente
involucrada en el movimiento de la Nueva Era. Existen cientos de grupos y
voceros de la Nueva Era. Sin embargo, la mayoría de estas organizaciones no
tienen membresía formal. Muchos que adoptan creencias de la Nueva Era no se
identifican con ningún grupo específico. Encuestas sobre religión indican que
el 20 por ciento de los norteamericanos aceptan por lo menos algunas creencias
de la Nueva Era pero la mayoría no se considera seguidor de esa corriente.
Suposiciones: El movimiento de la Nueva Era se caracteriza
por una gran diversidad. Sin embargo, las siguientes ideas caracterizan a la
mayoría de sus seguidores. 1) Panteísmo: Dios (o Diosa) es todo y todo es Dios
(Diosa). 2) Monismo: Todo es una sola cosa. 3) Reencarnación: Después de morir
renaceremos como bebés y viviremos otra vida. 4) Usted es Dios, y debe
descubrir su divinidad. 5) Dios y el mal no existen, por lo tanto, no hay
moralidad absoluta. 6) Separa la persona histórica de Jesús del Espíritu de
Cristo. 7) Una Nueva Era de iluminación y transformación está llegando.
Los grupos y prácticas de la Nueva Era rara vez se identifican como de Nueva
Era. Sus creencias y prácticas ocultas los identifican. Este boletín examina
dichas creencias y ofrece una respuesta bíblica.
Panteísmo: Dios es Todo y Todo es Dios
Todo es Dios y Dios es todo. Todo cuanto existe es Dios. Como ha escrito un
partidario de la Nueva Era: “Porque Dios es el Todo, y la Diosa es todo, y no
hay nada más que sea”1. Esta creencia es conocida como panteísmo.
Como todo es Dios usted también es Dios. Aunque los seguidores de la
Nueva Era algunas veces hablan de Dios en términos personales, la mayoría
entiende a Dios como algo impersonal. Se refieren a Dios como una fuerza o
energía. Cuando todo es Dios (impersonal), el Dios personal de la Biblia no
puede existir.
Respuesta Bíblica: El panteísmo de la Nueva Era niega la
perspectiva bíblica de la creación: “Dios, en el principio, creó los cielos y
la tierra” (Gén. 1:1, NVI). Los seguidores de la Nueva Era niegan que Dios haya
creado algo que no sea Dios. En lugar de la creación, la mayoría cree que Dios
emanó su propia naturaleza a lo que hoy conocemos como el universo. Esto
significa que todo el universo es Dios.
Los partidarios de la Nueva Era atesoran las enseñanzas del panteísmo porque
los convierten en dioses. Sin embargo, esta enseñanza pierde mucho de su
atractivo cuando se señala que la rata que hurga en la basura también es Dios.
Si el panteísmo es verdad, entonces incluso la basura es Dios. Una babosa es
Dios. Un gusano en una manzana es Dios. Una larva es Dios.
Otro problema del panteísmo es que al fin de cuentas Dios tiene que
entenderse como un ser impersonal. Si esto es cierto, lo impersonal debe ser
más valioso (o al menos del mismo valor) que lo personal. Pero incluso los
seguidores de la Nueva Era encuentran muy difícil vivir como si esto fuera
verdad. Tienden a valorar a los animales más que a una roca impersonal. Tienden
a valorar a sus familias como si tuvieran más valor que una planta. Cuando los
seguidores de la Nueva Era viven como si lo personal tuviera más valor que lo
impersonal, actúan como si las enseñanzas de la Biblia, y no el panteísmo,
fueran verdad. El Dios de la Biblia es un Dios personal distinto de su
creación.
La Biblia lanza fuertes advertencias contra quienes confunden a Dios con su
creación: “Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la
gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de
las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles” (Rm. 1:22-23, NVI)
Tanto nuestra experiencia de la realidad como las enseñanzas de la Biblia
contradicen la creencia de la Nueva Era de que nosotros somos Dios. Nos topamos
con problemas; las cosas no siempre salen como queremos. La gente no siempre
nos trata con justicia y honestidad. A veces se nos atraviesan penas y
problemas.
La Biblia enseña que aunque la humanidad fue creada a imagen de Dios, no es
y nunca será Dios (ver Gn. 1:26-27). Isaías 43:10 (NVI) dice: “‘Ustedes son mis
testigos’ afirma el Señor, ‘son mis siervos escogidos, para que me conozcan y
crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni
habrá ninguno después de mí'”.
Monismo: Todo es Uno
Todo lo que existe es una sola cosa. Todas las distinciones (incluyendo nuestra
sensación de ser distintos a los demás y a todo lo demás) son sólo ilusiones.
La creencia de que todo es uno está muy relacionada con el principio de que
todo es Dios. En su libro Conversaciones con Dios, Neale Donald Walsch declara:
“El primer paso para descubrir que no estamos separados de Dios es descubrir
que todos somos uno, no podemos saber y darnos cuenta de que nosotros y Dios
somos uno”.2
Respuesta Bíblica: Tanto nuestra experiencia de la realidad
como las enseñanzas de la Biblia contradicen la creencia de que “todo es
uno”.
Nos experimentamos a nosotros mismos como diferentes de otros. Percibimos y
tratamos a nuestros hijos en forma diferente que a la descendencia de los
demás. Aún los seguidores de la Nueva Era encuentran difícil vivir la vida como
si “todo fuera uno”. Tratan a sus compañeras de forma diferente a como tratan a
las esposas de los demás.
Las enseñanzas de la Biblia concuerdan con nuestra experiencia de la
realidad. La Biblia indica que la razón de que no experimentemos la vida como
si fuéramos uno es porque no todo es una sola cosa. Dios creó el universo que
contiene objetos únicos y preciosos. Nos sentimos diferentes de los demás
porque Dios nos ha creado como seres únicos y distintos de otras personas y
cosas: “porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en
la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o
autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él” (Col. 1:16,
NVI).
Reencarnación: Después de morir, renaceremos como bebés y viviremos
otra vida.
Luego moriremos y volveremos a nacer empezando
nuevamente todo el proceso. Estos ciclos de nacimiento, vida y muerte son
necesarios para perder la ilusión de separación del Todo. Progresamos hacia
esta Unidad mediante la adquisición de un karma positivo. El karma es el fruto
de nuestra vida y de las acciones llevadas a cabo por el alma hasta su
siguiente vida. El karma positivo nos hace avanzar hacia la realización de la
unidad con el Todo. El karma negativo prolonga el tiempo necesario para lograr
esa unidad. En el hinduismo tradicional, el karma negativo puede hacer que
regresemos en una forma de vida inferior.
Respuesta Bíblica: La Biblia niega la posibilidad de la
reencarnación: “Y así como está establecido que los seres humanos mueran una
sola vez, y después venga el juicio . . .” (Hb. 9:27, NVI). Como la gente
experimenta sólo una muerte física, la reencarnación no puede ser verdad.
La reencarnación es una forma de salvación por obras. La Biblia rechaza la
salvación mediante las obras (de cualquier tipo). Romanos 11:6 (NVI) dice: “Y
si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería
gracia”. Así mismo, Efesios 2:8-9 enfatiza que la salvación del pecado y sus
consecuencias externas es un don que Dios da gratuitamente. El pecado no da por
resultado la reencarnación, sino la muerte: “Porque la paga del pecado es
muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro
Señor” (Rm. 6:23, NVI).
La Biblia enseña la resurrección, no la reencarnación. Jesús declaró:
“Ciertamente les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los
muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Jn 5:25,
NVI).
La Gente es Divina
Muchos partidarios de la Nueva Era enseñan que nuestra sensación de existencia
como criaturas finitas es una ilusión. La humanidad ha olvidado que es divina.
Como resultado, necesita recibir iluminación sobre su verdadera divinidad para
convertirse en Uno con el Todo.
Ciertos ejercicios diseñados para transformar la consciencia pueden
ayudarnos a lograr la iluminación. Técnicas como el yoga, la meditación, la
regresión a vidas pasadas, los viajes astrales y la canalización de espíritus
guía pueden ayudarnos a lograr la iluminación.
El evangelio de la Nueva Era no nos llama a la fe en Jesucristo, sino a un
cambio de consciencia. Este cambio sólo podrá lograrse cuando “dejes de ver a
Dios como separado de ti, y a ti como separado de los
demás“3.
Respuesta Bíblica: La razón de que aún los partidarios de
la Nueva Era experimenten la vida como si fueran criaturas finitas es que
tienen limitaciones, no son divinos. La verdadera ilusión es la enseñanza de
ser divinos, no el sentimiento de finitud que todos experimentamos.
El problema de la humanidad es el pecado, no la ignorancia de su divinidad.
Aunque los seres humanos han sido creados a imagen de Dios, no son divinos (ver
Gn. 1:26-27). La Biblia enseña que: “todos han pecado y están privados de la
gloria de Dios” (Rm. 3:23, NVI). La única solución al problema de la humanidad
es la fe en Jesucristo como Señor y Salvador.
Muchas de las técnicas de alteración de la consciencia utilizadas por los
partidarios de la Nueva Era son esotéricas y prohibidas por la Biblia. Dios
condena el uso de la adivinación, la magia, la brujería, los hechizos, los
médiums y el espiritismo (ver Dt. 18:9-12).
La Moralidad es Relativa
Como todo es Uno, no hay diferencia entre el bien y el mal, lo correcto y lo
incorrecto. Para los partidarios de la Nueva Era no hay mal.4
Algunos incluso niegan que las acciones de Hitler hayan sido malas. “La
verdadera pregunta es si las acciones de Hitler fueron ‘correctas’. Sin
embargo, ya he dicho una y otra vez que no existe lo ‘correcto’ o lo
‘incorrecto’ en el universo. Las cosas no son intrínsecamente buenas o malas.
Las cosas sencillamente son“5. Algunos practicantes de la
Nueva Era incluso asegurarían que el mal proviene de Dios. Como declara el
escritor Benjamín Creme: “Por supuesto, sí, las fuerzas del mal son parte de
Dios. No están separadas de Dios. Todo es Dios. De hecho, no hay nada más que
Dios. Las fuerzas del mal en este planeta reciben su energía del plano astral
cósmico”6.
Respuesta Bíblica: El sentido de que hay distinción entre
el bien y el mal es universal. Los adeptos de la Nueva Era tratan de explicar
el mal negando su realidad. Pero negar la existencia del mal, es negar también
la validez de la bondad. No sólo niegan la Biblia, que condena ciertas acciones
como incorrectas, sino también sus propias consciencias.
La creencia de que no hay diferencia entre el bien y el mal es ilógica
porque se contradice a sí misma. Sus partidarios aseguran que es bueno creer
que no hay bien y mal. Pero si no hay bien y mal, entonces, ¿cómo puede ser
bueno creer que no hay bien y mal? Tanto la Biblia como nuestra experiencia de
vida apoyan la enseñanza cristiana de que hay distinción entre el bien y el
mal. Entre lo correcto y lo incorrecto. Además, la Biblia indica claramente que
Dios no es la fuente del mal (ver St. 1:13).
Separar a Jesús el Hombre del Espíritu de Cristo
Los partidarios de la Nueva Era afirman que Jesús no es el único Cristo. Jesús
fue uno de varios maestros que obtuvieron el Espíritu de Cristo (auto
realización de la propia deidad). Como Walsch lo expresa: “Muchos han logrado
esa consciencia. Muchos han sido cristianizados (sic), no sólo Jesús de
Nazaret”7.
Algunos adeptos de la Nueva Era también aseguran que la iglesia ha
tergiversado las enseñanzas de Jesús. Creen que Jesús viajó a la India y
estudió hinduismo antes de empezar su ministerio. Fue rechazado y crucificado
debido a sus enseñanzas del hinduismo.
Respuesta Bíblica: Cuando los partidarios de la Nueva Era
usan el término Cristo para referirse a la consciencia o espíritu divinos le
están dando un significado no encontrado en la Biblia. Cristo es un término
griego que significa “ungido”. El Nuevo Testamento utiliza el término para
designar a Jesús como el Mesías prometido del Antiguo Testamento. Jesús
advirtió a sus seguidores que estuvieran atentos contra falsos maestros que
proclamarían falsos Cristos (ver Mt. 24:24-25). La perspectiva de la Nueva Era
acerca de la Consciencia de Cristo es uno de estos falsos Cristos. El Jesús de
la Biblia es único. Es el Hijo unigénito de Dios (ver Juan 3:16).
Una Nueva Era de Iluminación y Transformación está
Llegando
Los partidarios de la Nueva Era creen que el universo está evolucionando.
Nuestro mundo está por experimentar una transformación hacia un nivel superior.
Este cambio será traído por una modificación de la consciencia humana hacia los
paradigmas de la Nueva Era.
Respuesta Bíblica: Un nuevo mundo está llegando, no un
salto a un nivel superior, sino la segunda venida de Jesucristo: “Dios, a su
tiempo y manera, llevará al mundo a su adecuado final. Según su promesa,
Jesucristo regresará personal y visiblemente en gloria a la tierra; los muertos
serán levantados; y Cristo juzgará a todos los hombres en justicia”8
(ver 1 Ts. 4:14-18). Los impíos serán consignados al infierno y los justos
habitarán por siempre en el cielo con el Señor (Fl. 3:20-21; 2 P. 3:7).
Cómo Compartir el Evangelio de Jesús con los Partidarios de la
Nueva Era
1.Comparta la relación personal especial que tiene con Dios mediante la fe en
Jesucristo. Dígales qué diferencia hace Dios en su vida.
2.Pregunte al adepto de la Nueva Era qué piensa de Dios y Jesucristo. Escuche
sus respuestas. Hay mucha diversidad en el movimiento de la Nueva Era. No todos
sus partidarios creen las mismas cosas. Inicie su testimonio desde donde ellos
se encuentren.
3.Comparta amorosamente algunas de las implicaciones del sistema de creencias
de la Nueva Era. Por ejemplo, muchos de sus partidarios no se dan cuenta de que
una de las implicaciones del panteísmo es que Dios es impersonal. Además, una
implicación de su creencia en el karma y la reencarnación es que no hay
víctimas inocentes.
4.Como el sistema de creencias de la Nueva Era niega nuestra experiencia de la
realidad, es difícil para sus creyentes vivir como si lo que creen fuese
verdad. Señale con delicadeza las incongruencias entre lo que afirman creer y
su forma de vivir. Por ejemplo, muchos partidarios de la Nueva Era se ofenden
al oír el mensaje evangélico de que la fe en Jesucristo es la única forma de
salvarse. Afirman que para Dios no hay una forma correcta o incorrecta de
salvarse, y que nosotros estamos equivocados al declarar que sí la hay.
Pregunte: “Si no hay formas correctas e incorrectas para Dios, entonces ¿cómo
puedes asegurar que nuestro evangelio es incorrecto?” Señale amorosamente que
su posición es ilógica porque se contradice a sí misma.
5.Sea amoroso y amable hacia los que pertenecen al movimiento de la Nueva Era.
Recuerde que Dios los ama y quiere que pongan su fe en Jesucristo.
6.Confíe en que el Espíritu Santo mostrará a los adeptos de la Nueva Era su
necesidad de Jesús.
7.No se frustre si no logra resultados inmediatos. La mayoría de los
partidarios de la Nueva Era deben oír el evangelio más de una vez antes de
confiar en Jesús.
8.Anímelos a leer la Biblia, particularmente los evangelios, y a estudiar la
vida de Cristo. La fe viene de oír una y otra vez la Palabra de Dios (ver Rm.
10:17).
Notas
1 Walsch, Neale Donald, Conversaciones con Dios: Un Diálogo Inusual,
Libro 2 (Charlottesville, Virginia: Hampton Roads Publishing Company, 1997), p.
92.
2 Ibid., p. 3.
3 Ibid., p. 173
4 Ibid., p. 31
5 Ibid., p. 36
6 Creme, Benjamin, The Reappearance of the Christ and Masters of
Wisdom (Los Angeles: Tara Center, 1980), p. 103.
7 Walsch, Neale Donald, p. 22.
8The Baptist Faith and Message: “Section X. Last Things.”
(Nashville, The Sunday School Board of the Southern Baptist Convention, 2000),
p. 15.
Bill Gordon, Asociado, Evangelismo Apologética.
Published August 28, 2006