¿Qué pecados nos impiden vivir en misión? ¿Egoísmo? ¿Miedo? ¿Apatía?
A veces vamos a una conferencia o a un viaje misionero, y salimos de ahí emocionados y convencidos de vivir como misioneros el resto de nuestras vidas; pero luego volvemos a casa, y esa llama ferviente se va apagando lentamente por los enfrentamientos contra los afanes de la vida cotidiana. Constantemente somos como Pablo, no hacemos lo que queremos, sino lo que odiamos (Romanos 7:15-18).
La vida cristiana es una batalla constante contra nuestra carne, el mundo y el diablo. Cada uno de ellos tiene la capacidad de impedirnos participar en la misión a la cual Dios nos ha llamado.
Pero, afortunadamente, Dios está comprometido con su pueblo y su misión. Como dice Génesis 12:1-3:
“El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»”.
Su gracia impulsó a Abraham a dejar todo por obediencia, y nos impulsa a nosotros a vivir en misión. Dios llama a las personas hacia Él, no porque se lo hayan ganado o lo merezcan, sino únicamente por su buena voluntad. Adán, Noé, Abraham y todos los hijos posteriores de Dios fueron llamados a una relación con Él por la iniciativa de su gracia.
CONSIDEREMOS: ¿Cómo podría la gracia de Dios impulsarnos en misión esta semana?
La misión de Dios requiere cambios. Imagina todos esos pensamientos de la gente hacia el viejo Noé construyendo un arca en medio del campo. Imagina los cambios hechos por Abraham para dejar su tierra y seguir a Dios hacia un futuro desconocido. Para los hijos de Dios, vivir en misión significa dejar lugares de comodidad para obedecerlo.
CONSIDEREMOS: ¿Qué necesitas dejar atrás para vivir en misión?
La misión de Dios está destinada a ser una bendición para todas las personas. Dios habría de poblar nuevamente la tierra a través de la familia de Noé. Él habría de poblar la tierra, como las estrellas llenan el cielo, con el linaje de Abraham. A través del linaje de Abraham, todos los pueblos de la tierra serían bendecidos.
CONSIDEREMOS: ¿Cómo podría Dios usarnos para ser una bendición para otros esta semana?
Nuestro pecado no nos descalifica de la misión de Dios. Esta semana, despojémonos de todo peso, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante (Hebreos 12:1, NVI).
Lee más sobre cómo los bautistas del sur viven en misión todos los días en EE. UU. y Canadá, en nuestra edición de verano de la revista On Mission.
Published December 2, 2022